Los últimos glaciares de África: la pérdida de hielo en las montañas Rwenzori, por Lázaro Bustince

30/04/2025 | Bitácora africana, Crónicas y reportajes

Una expedición científica ha capturado los desastrosos efectos de la crisis climática en las montañas de Rwenzori, una fuente vital de agua, fundamental para la vida y las creencias sagradas de la comunidad local bakonjo.

He tenido la suerte, junto con un grupo de compañeros, de pasar nuestras vacaciones anuales de dos semanas, durante diez años, visitando las tres grandes cordilleras de los Rwenzori: la de Speke, la de Baker y la de Stanley, con el Margarita, el pico más alto con 5.109 m. de altitud. Nunca había visto una naturaleza tan exuberante, tan bella o tan cautivadora.

El nombre local de estas montañas, llenas de misterio y vida, sobre todo para los bakonjo, era y es “Ruenjura” (las Montañas de la lluvia). Los primeros colonos británicos cuando escuchaban “Ruenjura”, lo pronunciaban “Rwenzori”, y así quedó el nombre para los visitantes.

Hasta los años 2010, que nosotros visitábamos los tres picos más altos: Speke, Baker y Stanley, estos estaban cubiertos de nieve y a veces de hielo.

Las montañas Rwenzori son uno de los paisajes más remotos e impresionantes del mundo, considerados las legendarias Montañas de la Luna mencionadas por geógrafos griegos como Ptolomeo.

Para 2020, aún quedaba nieve y hielo en los picos más altos, pero no lo suficiente como para ser considerado un glaciar. Los tres picos más altos de las montañas Rwenzori (Speke, Baker y Stanley) han sido tan erosionados por la crisis climática que solo queda el glaciar de Stanley.

Algo semejante puedo decir del glaciar del Kilimanjaro en Tanzania, cuyo punto más alto alcanza los 5.890 m de altitud. Cuando nosotros tuvimos la suerte de llegar a su cima, a las 7 am, del 7 de Julio de 1997, pudimos caminar más de una hora por el enorme glaciar que cubría todo el cráter, pero ahora se puede observar desde Arusha como la cresta blanca del Kilimanjaro se va reduciendo día a día.

El profundo conocimiento de las montañas Rwenzori de la comunidad local bakonjo resultó muy valiosa para la expedición. Han vivido durante mucho tiempo al pie y por las faldas de la cordillera y consideran sagrados los glaciares. Kithasamba, el dios de los bakonjo, habita en los montes más altos. Durante siglos, esta conexión espiritual ha influido en la interacción de los bakonjo con el medio ambiente, reforzando la conservación y el uso sostenible de los recursos naturales. De hecho, al largo de algunas sendas de montaña puedes observar pequeños altares a los espíritus de los antepasados.

El sendero para ascender al Rwenzori pasa por el lago Bujuku, uno de varios lagos parcialmente formados y alimentados por el agua de deshielo glacial. Esta cordillera es la fuente más alta y permanente del río Nilo, con una cuenca hidrográfica de la que dependen 5 millones de personas, incluidos los bakonjo.

Un guardabosques de la Autoridad de Vida Silvestre de Uganda siempre acompaña cada expedición, junto con un grupo de portadores que llevan sacos llenos de alimentos para todo el grupo, así como sacos de dormir y otros requisitos.

Existen tres importantes refugios de montaña, uno para el final de cada uno de los tres primeros días de ascenso. A unos 3.500 m. de altitud está el último refugio. Después, solo sirven las tiendas portátiles. Con 5109 metros de altura, es la tercera montaña más alta de África. El Parque Nacional de las Montañas Rwenzori fue declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en 1994 por su belleza, sus especies raras y su abundante flora y fauna.

Según ha informado The Guardian, el equipo científico combinó el estudio con drones con un estudio del Proyecto Presión realizado en 2020 para crear un modelo 3D del retroceso glacial del Monte Stanley. En cuatro años la superficie se ha reducido casi un 30 %.

La próxima generación del pueblo bakonzo se verá profundamente afectada por la pérdida de glaciares. Un miembro de la comunidad comentó:

«Le diré a mi hijo lo hermoso que fue tener nieve en el Rwenzori para nuestro sustento… será una lástima, pero lo animaré a involucrarse en actividades relacionadas con la conservación como alternativa a la nieve, que fue nuestro recurso en nuestra época».

No me sorprende que Uganda fuera considerada como la “Perla de África”, que las cordilleras del Rwenzori fueran admiradas como uno de los paisajes más bellos e impresionantes del mundo y que estas legendarias Montañas de la Luna fueran mencionadas por geógrafos griegos como Ptolomeo.

Lázaro Bustince

CIDAF-UCM

Autor

  • Nacido en Izco (Navarra), en 1942, estudió filosofía en Pamplona (1961-1964). Hizo el noviciado en Gap – Grenoble (1964-1965), con los Misioneros de África (Padres Blancos). Estudió Teología en el instituto M.I.L. de Londres, (1965-1969), siendo ordenado sacerdote en Logroño, en los Padres Blancos en 1969.

    Comenzó su actividad misionera en África en 1969, siendo enviado a la diócesis de Hoima en Uganda, donde estuvo trabajando en la educación, desarrollo y formación de líderes durante nueve años. Luego vivió un periodo de trece años en diversas ciudades europeas, trabajando en la educación y capacitación de los jóvenes (Barcelona 1979-1983)) , en Irlanda como responsable de la formación de los candidatos polacos (1983-1985), y en Polonia donde fue Rector del Primer Ciclo de Filosofía Polaco (1985-1991), y se doctoró en Teología espiritual en Lublin, donde fue nombrado profesor de la misma Universidad Católica de Lublin (KUL), de dicha ciudad, en 1991.

    Regresó a Uganda en 1992, y fue elegido Provincial de los padres Blancos de Uganda hasta 1999. Durante este periodo, fue también presidente de la Asociación de Religiosas-os en Uganda (ARU), y pionero en la construcción del Centro Nacional de Formación Continua (USFC). Además inició la Comisión de Justicia, Paz e Integridad de la Creación (JPIC) en 1994, trabajando en la formación de líderes en JPIC.

    En 2000 y 2004 cursó estudios sobre educación en Justicia, Paz, y Transformación de Conflictos, en Dublín. Desde su regreso a Uganda, fue pionero en la capacitación de agentes sociales en JPIC, y en el establecimiento del primer Consorcio de Educación Ética (JPIIJPC), lanzado por seis Congregaciones Misioneras, en 2006. Desde el inicio, y hasta junio 2011, ostentó el cargo de primer Director del Instituto. Al mismo tiempo fue profesor invitado de Ética en la Universidad de los Mártires de Uganda (UMU).

    En septiembre de 2011 fue nombrado director general de África Fundación Sur (AFS), organismo que dejó de existir en 2021. En la actualidad sigue trabajando por África al 100 % siendo, entre otras ocupaciones, editorialista en el CIDAF-UCM.

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