Los primeros resultados importantes de unas elecciones destinadas a volver a unir a Costa de Marfil, dividida por una guerra civil, que terminó en 2003, han mostrado, el día 3 de noviembre por la mañana, una ajustada competición entre el presidente Laurent Gbagbo y el principal líder de la oposición del país del África Occidental.
El portavoz de la comisión electoral, Bamba Yacouba, ha anunciado los resultados del escrutinio de cerca de 2.2 millones de los 5.7 millones de votantes registrados, recontados hasta el momento. Los resultados muestran que Gbagbo, por el momento, va a la cabeza con el 37 % de los votos, comparado con prácticamente el mismo respaldo de votantes al veterano líder de la oposición, Alasane Ouattara, muy popular en el norte del país, con el 34 % de los votos.
El ex presidente Henri Konan Bedie, está en tercer lugar con el 27 % de los votos.
Estas elecciones son las primeras desde la breve guerra civil que dividió el país mayor productor de cacao del mundo, en dos. Se trata de un importante punto de inflexión en la historia de Costa de Marfil. Muchos esperan que devuelvan la estabilidad y reunifique el país, pero otros expresan su preocupación porque pudieran desencadenar disturbios si los rivales políticos no aceptan los resultados.
La incertidumbre y el lapsus de dos días en la publicación de los resultados de las votaciones celebradas el domingo, día 31 de octubre, han alimentado nuevos temores ante posibles disturbios. El día 2 de noviembre, muchos negocios y restaurantes de la ciudad principal, Abiyan, cerraron o enviaron a los trabajadores a sus casas temprano, y las autopistas de la ciudad de los rascacielos alineados no mostraban los habituales atascos de tráfico.
El jefe de las fuerzas armadas, el general Phillipe Mangou, apareció en la televisión estatal para pedir a los residentes que volvieran al trabajo con normalidad y mantuvieran la calma.
Si ningún candidato gana con mayoría simple, los dos finalistas más votados, se enfrentarán en una segunda ronda, el próximo 28 de noviembre.
Problemas logísticos
A primeras horas del día 2 de noviembre, el jefe de la misión de observación de la Unión Europea, de 120 miembros, Cristian Preda, criticó a la comisión electoral por el retraso en la publicación de los resultados, explicando que si no se publicaban se avivarían las tensiones entre los nerviosos electores.
Los funcionarios de las elecciones culparon del retraso de dos días en la publicación de los resultados parciales a problemas logísticos y a las fuertes lluvias.
Preda ha destacado que la misión de observación de la Unión Europea no ha detectado fraude en las elecciones del domingo, y ha elogiado a las autoridades y a los votantes por haber llevado a cabo la jornada de forma pacífica. Pero planteó la cuestión de la transparencia en el recuento de votos, acusando a la comisión electoral de prohibir a 14 de los observadores de la UE presenciar el recuento de votos, en varias partes del país. Entre ellas, destaca principalmente la sede de la comisión, en Abidjan, donde se están emitiendo los resultados nacionales.
Los observadores de la UE destinados a la sede de la comisión electoral en Abiyan han confirmado por separado que no se les ha permitido la entrada en la sala donde se estaban cuadrando los resultados nacionales. “deploramos este acto, y no existe una explicación racional para ello. Todo debe ser transparente”, insistió Preda.
Además, el jefe de la misión de observación electoral europea añadió que el día 2 por la mañana, todavía no se dejaba a sus observadores entrar en los centros de recuento de votos, por que las autoridades les habían dicho que “no había nada que ver”.
Fase crítica
El Centro Carter, con sede en Estados Unidos también ha dicho que a uno de sus observadores se le ha dicho que abandone el centro de recuento de votos en la capital, Yamusukro. Pero los demás no han tenido problemas y la misión generalmente ha ensalzado el proceso electoral, al igual que la Unión Africana. El Centro Carter ha declarado además que el índice de participación ha sido más alto de lo que se esperaba, de alrededor de 74 %.
Estas elecciones han sido retrasadas seis veces, a lo largo de cinco años, por las disputas por el registro de votantes. Gbagbo, cuyo mandato de cinco años expiró oficialmente en 2005, ha permanecido en el poder alegando que era imposible celebrar las elecciones en el país, con el norte controlado por los rebeldes.
Costa de Marfil ha luchado por celebrar estas elecciones desde el acuerdo de paz de 2007, que acabaron con años de estancamiento político, haciendo que se desmantelase la zona buffer, controlada por una misión de la ONU, que delimitaba la división entre el norte y el sur.
Marco Chown Oved and Todd Pitman
(News 24, 03-11-10)
