“Los políticos cuestan muy caros a este país”, por Lázaro Bustince

21/09/2021 | Opinión

Pido una reducción de su salario, y la supresión de tantos privilegios y beneficios. Nuestros impuestos no deben servir para hacer a estos líderes millonarios a expensas de la sociedad”. Estas son las palabras escritas en el primer Diario de Noticias de Irlanda, la semana pasada.

Tanto en África como en Europa, y aquí en España, lo primero que hacen la mayoría de los políticos es subirse el sueldo y los privilegios, aumentar el número de funcionarios y ministerios para poder colocar a más familiares y amistades. Por esta razón también aumenta la burocracia ineficaz y estéril.

En Uganda, por ejemplo, el nuevo Ejecutivo cuenta con 31 ministros y 50 viceministros, con un total de diez mujeres entre estos 81 cargos. Hasta 2021, el parlamento ugandés está compuesto por 238 representantes de circunscripciones, 112 representantes distritales femeninas, 10 representantes de las Fuerzas Populares de Defensa de Uganda, 5 representantes juveniles, 5 representantes de personas con discapacidad, 5 representantes de los trabajadores y 13 miembros ex oficio, lo cual da un parlamento de 388 miembros y un ejecutivo de 81 cargos, con sus equipos, para un país empobrecido de 40 millones de habitantes que recibe el 50 % de su presupuesto del exterior.

religion_dinero_evangelistas_predicadores_cc0-4.jpgEsto no solamente es una vergüenza en países muy ricos en recursos, sino sobre todo una gran injusticia y abuso de poder, anteponiendo su propio beneficio personal y partidista, al bienestar de la sociedad y de las personas más necesitadas. En casi todos los países del mundo somos víctimas de un sistema político-económico capitalista que es injusto e inhumano en su propia raíz.

Así ha sido y seguirá siendo, mientras los ciudadanos-as, y especialmente todas las personas empobrecidas y desempleadas, no seamos capaces de unirnos, empoderarnos y trabajar juntos para librarnos de los lideres incompetentes y partidos políticos con ideologías fundamentalistas, y para elegir como nuestros representantes, en los diversos departamentos de la sociedad, a personas profesionales y responsables, independientes de toda ideología política fundamentalista, para que puedan gestionar los recursos y servicios disponibles, basados en principios éticos y valores humanos universales, y así poder potenciar el bien común.

Los partidos, funcionarios y militantes políticos en nuestros países son la carga más pesada y con frecuencia perjudicial que deben soportar y sostener nuestras familias y sociedad. Solo los ciudadanos-as, sobre todo los jóvenes y las mujeres, que son los grupos sociales más perjudicados, pero bien preparados, serán capaces de liberarse de esta esclavitud y opresión impuestas por los partidos políticos actuales, en su mayoría con ideologías fundamentalistas, que solo quieren perpetuarse en el poder y enriquecerse a costa de la ciudadanía.

Es vital para el progreso de una nación el saber encontrar y elegir a líderes íntegros, necesarios, profesionales y responsables, y además independientes de toda ideología radical, que sean capaces de gestionar los diferentes departamentos de una sociedad con justicia, solidaridad, transparencia y, colaborando con todos los grupos y agentes sociales, buscando siempre respetar las dignidad e igualdad de todos y el progreso sostenible para el bien común.

Es urgente liberarse de tantos líderes políticos partidistas, con ideologías fundamentalistas, si no queremos seguir siendo esclavos y sufriendo la mala gestión y el empobrecimiento causado por los abusos y corrupción de estos políticos incompetentes, que dividen y destruyen la sociedad, la economía y la convivencia.

Toda política económica debería estar inspirada y al servicio de la dignidad humana y del bien común. Este objetivo solo puede ser posible si la sociedad de verdad lo quiere. La transformación nunca vendrá de arriba ni de fuera, sino del pueblo motivado y comprometido.

El respeto de la dignidad de las personas y el progreso sostenible del país para el bien común están en nuestras manos.

Lázaro Bustince

[CIDAF-UCM]


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Autor

  • Nacido en Izco (Navarra), en 1942, estudió filosofía en Pamplona (1961-1964). Hizo el noviciado en Gap – Grenoble (1964-1965), con los Misioneros de África (Padres Blancos). Estudió Teología en el instituto M.I.L. de Londres, (1965-1969), siendo ordenado sacerdote en Logroño, en los Padres Blancos en 1969.

    Comenzó su actividad misionera en África en 1969, siendo enviado a la diócesis de Hoima en Uganda, donde estuvo trabajando en la educación, desarrollo y formación de líderes durante nueve años. Luego vivió un periodo de trece años en diversas ciudades europeas, trabajando en la educación y capacitación de los jóvenes (Barcelona 1979-1983)) , en Irlanda como responsable de la formación de los candidatos polacos (1983-1985), y en Polonia donde fue Rector del Primer Ciclo de Filosofía Polaco (1985-1991), y se doctoró en Teología espiritual en Lublin, donde fue nombrado profesor de la misma Universidad Católica de Lublin (KUL), de dicha ciudad, en 1991.

    Regresó a Uganda en 1992, y fue elegido Provincial de los padres Blancos de Uganda hasta 1999. Durante este periodo, fue también presidente de la Asociación de Religiosas-os en Uganda (ARU), y pionero en la construcción del Centro Nacional de Formación Continua (USFC). Además inició la Comisión de Justicia, Paz e Integridad de la Creación (JPIC) en 1994, trabajando en la formación de líderes en JPIC.

    En 2000 y 2004 cursó estudios sobre educación en Justicia, Paz, y Transformación de Conflictos, en Dublín. Desde su regreso a Uganda, fue pionero en la capacitación de agentes sociales en JPIC, y en el establecimiento del primer Consorcio de Educación Ética (JPIIJPC), lanzado por seis Congregaciones Misioneras, en 2006. Desde el inicio, y hasta junio 2011, ostentó el cargo de primer Director del Instituto. Al mismo tiempo fue profesor invitado de Ética en la Universidad de los Mártires de Uganda (UMU).

    En septiembre de 2011 fue nombrado director general de África Fundación Sur (AFS), organismo que dejó de existir en 2021. En la actualidad sigue trabajando por África al 100 % siendo, entre otras ocupaciones, editorialista en el CIDAF-UCM.

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