Una multitud de jóvenes muy enfadados tomaron las calles de la capital de Senegal, Dakar, la noche del 2 a 3 de septiembre, para protestar por los apagones eléctricos en el país en el que la mayoría de la población es musulmana, y se encuentra celebrando el periodo de ayuno del Ramadán.
Un juzgado del suburbio de Pikine, fue saqueado el día 2 por la noche, mientras que los manifestantes elevaban barricadas de basura y neumáticos ardiendo en varios puntos de la ciudad costera, en la tercera noche de disturbios.
“Somos musulmanes. Ayunamos durante todo el día y cuando cae el sol, debemos poder comer con normalidad. Pero ni siquiera encontramos agua fresca para beber en nuestras neveras, porque no hay electricidad”, cuanta Ousmane Diallo, de 22 años.
Senegal es una de las democracias más estables en la volátil África Occidental, pero se enfrenta de manera regular a cortes del suministro eléctrico durante la húmeda estación lluviosa, cuando los hogares y establecimientos encienden el aire acondicionado.
La compañías estatal de electricidad, Senelec, no tiene efectivo para comprar el gasoil necesario para hacer funcionar sus unidades generadoras de electricidad, según un funcionario de la compañía.
Los periódicos locales informan de que un pequeño grupo de senegaleses protagonizaron una manifestación de protesta en París, el día 1 de septiembre, para pedir al presidente Abdoulaye Wade, que recorte sus vacaciones en Europa y vuelva al país a resolver los apagones de electricidad.
(IOL, 03-09-09)