Dos años después de la derrota de la rebelión del M23, a finales de noviembre de 2013, todavía actúan en el este de la RDC más de 70 grupos armados. Así lo ha constatado el grupo de estudios sobre el Congo (GEC). Los investigadores Jason Stearns y Christoph Vogel, acaban de establecer una nueva cartografía de grupos armados en el Kivu. El final del M23 había hecho creer que se abriría un periodo de estabilidad, tras 20 años de guerras. Sin embargo, estos investigadores señalan que todavía hay 69 grupos armados activos y que el contexto humanitario se ha degradado fuertemente con 1,6 millones de personas desplazadas.
Pequeños grupos con menos apoyos regionales.
Los grupos armados, una veintena en 2008, se han subdividido y la mayoría sólo agrupa a unos 200 elementos, reclutados sobre bases étnicas. Los investigadores indican que las injerencias de potencias regionales han bajado. “Por primera vez desde 1996, el gobierno ruandés no dispone de un aliado serio en la zona; aunque quisiera intervenir nuevamente, no le sería demasiado fácil”. Lo paradójico está en que los grupos armados más potentes están formados esencialmente por extranjeros.: FDLR (ruandeses), ADF (ugandeses), FNL (burundeses).
FDLR, ADF, FNL…
Los 69 grupos armados censados por GEC en octubre 2015 en Kivu norte y Kivu sur
El más potente sigue siendo las FDLR, compuesto por entre 1.000 y 2.1500 hombres; no obstante, constituye una rebelión “incapaz de lanzar ataques a Ruanda desde 2001”. Otro grupo, las ADF, de menos de 300 hombres, es el más peligroso sobre el terreno. Si bien presentes desde hace 20 años en tierras congoleñas, “han abandonado totalmente la idea de derrocar al gobierno ugandés”; están, sin embargo en el origen de numerosas masacres en la zona de Beni: al menos 400 muertos… La milicias FNL burundesas actúan en la llanura de la Ruzizi.
Fragmentación de los partidos políticos y del ejército
Las causas de esta proliferación de grupos armados estaría en el fracaso de los programas de desmovilización, que no ofrecen medios reales de subsistencia a los milicianos; este fracaso conduce a escisiones; el fraccionamiento de la escena política constituiría otra causa: los micropartidos utilizan a los grupos armados para reforzar su reputación y capacidades. El mismo ejército regular está también dividido según se han ido produciendo numerosas integraciones en sus filas de grupos rebeldes. Desde 2011 Kinshasa ha ido cerrando la puerta de la integración de las rebeliones, apostando por una solución exclusivamente militar. El capítulo del desarrollo económico de la región del Kivu ha sido olvidado por las autoridades y la sanciones a militares implicados en el apoyo a los grupos armados siguen siendo tímidas.
Grupos menos peligrosos para Kinshasa
Estamos ante el fin de un ciclo. Los grupos armados, menos poderosos aunque más numerosos, son menos peligrosos para Kinshasa que para las poblaciones locales. Se han convertido en pequeñas empresas del crimen, del saqueo, como único medio para subsistir en una zona devastada.
La inseguridad hoy aumenta en Kinshasa frente al empeño, inconstitucional, de Kabila de mantenerse en el poder. El peligro para el campo presidencial se encuentra un tanto lejos de los grupos armados del este.
Christophe RIGAUD
Afrikarabia
[Traducción y resumen, Ramón Arozarena]
[Fundación Sur]
