Los grandes retos del mundo requieren ser analizados desde diferentes puntos de vista para llegar a una comprensión realista e inclusiva de los retos, y para tomar compromisos consecuentes, éticos y relevantes.
Si escuchamos solo a ACNUR, nos llevará principalmente a los retos en el ámbito de la alimentación. Si seguimos a la UNESCO, nos conducirá a los retos de la educación. Si miramos los informes de Derechos Humanos de la ONU, nos encontraremos con el problema de raíz, en la mala Gobernanza.
El Acuerdo firmado por 192 países en 2015, sobre los Objetivos del Desarrollo Sostenible (ODS), llamado Agenda 2030, supone para los más reconocidos economistas mundiales, como: Jeffrey Sachs, Jean Tirole, Paul Krugman, Joseph Stiglitz, Oliver Hart, etc., la mejor alternativa político-económica que existe hoy sobre la mesa. De estos ODS habla también con frecuencia el papa Francisco, pues van en la línea de la Doctrina Social de la Iglesia (DSI).
Estos economistas afirman claramente que la solución a los grandes problemas del mundo de hoy no vendrá en primer lugar, ni de los gobiernos, ni de los poderosos empresarios, “porque ni saben, ni quieren, ni pueden solucionarlos, pues están atrapados en los círculos del poder y del aumento de lucro” afirmó J. Sachs.
Lo vemos cada día, cómo lo primero que hacen casi todos los políticos es subirse su propio salario, hasta un 30% y más.
Según estos economistas, el cambio vendrá principalmente de la sociedad civil, de la comunidad académica-profesional y de los movimientos sociales, que son los que sufren las consecuencias de un sistema injusto, controlado por una minoría de poderosos y de muchos gobernantes irresponsables.
Necesitamos elegir gestores competentes, responsables e independientes, que formen Asociaciones en los diferentes departamentos públicos, reemplazando el poder y la influencia a los políticos partidistas que actualmente acaparan el presupuesto y dividen a la sociedad.
El papa Francisco, como toda la Doctrina Social de la Iglesia, insiste sobre la necesidad de que toda la política económica debe estar centrada sobre: la dignidad de la persona humana y sobre el Bien Común.
Ese es el centro y el criterio ético principal y fundamental de toda actividad político-económica, en la doctrina de: “Evangelii Gaudium” y en” Laudato Si.”
“Mientras no se resuelvan radicalmente los problemas de los pobres…atacando las causas estructurales de la inequidad, no se resolverán los problemas del mundo y en definitiva ningún problema. La inequidad es raíz de los males sociales” (EG nº 202).
Por tanto, la referencia última y fundamental para toda actividad político-económica no es la “legalidad”, ni la mayoría democrática, ni los acuerdos partidistas, aunque sean importantes, sino la ética, es decir: el respetar la dignidad de cada ser humano y el promover el bien común.
“La dignidad de cada persona humana y el bien común son cuestiones que deberían estructurar toda política económica, pero a veces parecen solo apéndices agregados desde fuera para completar un discurso político sin perspectivas ni programas de verdadero desarrollo integral” (LS nº 203).
Esta falta de programas que promuevan un verdadero desarrollo integral-ecológico, y una armonía social es lo que delatan los discursos y actividades de casi todos los líderes partidistas en la actualidad. Lo que les preocupa es acaparar el poder y el lucro.
Es necesario liberarnos de esta telaraña poderosa de una actividad político-económica basada en los actuales partidos políticos que destruyen la convivencia y en este sistema capitalista, “que es injusto en su raíz” (LG nº 59).
Las nuevas iniciativas de una economía más colaborativa, recibe muchos nombres, como: economía cooperativa, economía del bien común, economía ecológica, economía ética, economía social, etc., y estas iniciativas que promueven un desarrollo más solidario, ecológico y sostenible, son cada día más relevantes en todo el mundo.
Por ejemplo, en Navarra esta economía colaborativa o social ha crecido un 40%. Estos nuevos tipos de economía, de bancos éticos y de comercio justo, son los cambios pioneros que presentan la mejor alternativa ética al sistema político-económico capitalista.
Ignacio Ugalde, presidente de ANEL (Asociación Navarra de Empresas Laborales) Navarra, destacó los buenos resultados del Primer Plan Integral de Economía Social de Navarra, aunque indicó que ya “es el momento de trabajar en un segundo Plan, más ambicioso todavía”. Además, solicitó que se cree un área específica en el Gobierno de Navarra dedicada a la Economía Social. “Creemos que tiene la entidad suficiente para contar con una dirección general o un órgano equivalente”.
La firma líder en distribución alimentaria en la comunidad (Eroski) es una cooperativa y forma parte de un grupo que es uno de los tres primeros empleadores de la comunidad (Mondragon). En ninguna otra comunidad tienen tanto peso las cooperativas de crédito y esta fórmula jurídica ha crecido con intensidad en los últimos años. Navarra es ya, como Euskadi y Murcia, un territorio donde las cooperativas agrarias cobran un peso especial, y la comunidad con mayor número de cooperativas por habitante.
Las empresas de Economía Social, término que agrupa a cooperativas y sociedades laborales, han creado en Navarra 1.197 nuevos empleos en los últimos doce meses. Como explicó el presidente de ANEL “se trata de un crecimiento firme y sostenido en el tiempo. Así, en los últimos cinco años el empleo en cooperativas y sociedades laborales ha crecido un 40 % en Navarra, frente al 11% estatal”. En los últimos cuatro años se han constituido 405 nuevas empresas de Economía Social. “En lo que va de 2018 ya se han creado 120 nuevas empresas de Economía Social en nuestra comunidad.”.
La esperanza radica en la participación de la sociedad civil a través de los movimientos sociales y de las nuevas iniciativas político-económicas que promueven un modelo más colaborativo, ético y para el bien común.
Si quieres llegar rápido, camina solo. Si quieres llegar lejos, camina en grupo.
Lázaro Bustince Sola
Director de Africa Fundacion Sur
