Las comunidades fulani de África están atrapadas en una situación compleja entre dos grandes fuerzas opositoras con límites difusos, por una parte los yihadistas y por la otra los militares gobernantes y sus representantes. No les queda otra opción que decidir sabiamente en cada momento cual es la opción más conveniente, optando entre una supervivencia precaria de refugiados y la lucha por un reconocimiento social y político.
La situación es tanto más compleja en cuanto que los dirigentes de Burkina Faso y Malí han contribuido a entregarlos a la venganza de los paramilitares y otras unidades especiales. Binta Sidibé Gascon, presidenta del Observatorio Kisal, es una portavoz de las comunidades fulani del Sahel. Gascon advierte sobre el resurgimiento de la violencia contra esta comunidad y contra lo que describe como una «limpieza étnica» que está en curso en Burkina Faso.
Pero los causantes de conflicto no son solo agentes externos, los fulani también viven frecuentemente enfrentamientos internos y, con aún mayor frecuencia, conflictos con otras comunidades locales: los pueblos agrícolas. Solo parecen conocer una vida de violencia y confrontación, como sus afines pastores: Los Karimojong en Uganda y en África oriental.
La violencia no tiene ninguna justificación, y jamás se podrá superar con más violencia.
Los gobiernos son los primeros responsables que deben velar y proteger la seguridad de todos los ciudadanos. Por desgracia, la mayoría de los gobiernos, solo buscan una solución militar, lo cual solo aumenta el nivel de violencia, cuando deberían sanar las raíces del mal a través del diálogo y la reconciliación, la creación de empleo, la creación de nuevas oportunidades, la mejora y creación de infraestructuras y el fomento del desarrollo, de calidad de vida y de convivencia.
La confrontación social siempre delata una injusta gobernanza, que se centra en lo militar y la opresión de las sociedades que son diferentes, aumentando así el ciclo de violencia, en vez de promover el ciclo del diálogo, de la integración de todos los grupos éticos del país y de la colaboración en la construcción de un nuevo país.
Lázaro Bustince
CIDAF-UCM


