La proximidad histórica entre la Europa del Sur y el África del norte ha tenido sus consecuencias en el plano genético, según un estudio.
“Son los mediterráneos”, italianos, españoles, marselleses, griegos… a menudo se reducen a su geografía. El Mediterráneo constituye el denominador común entre estos países y las ciudades de Europa del Sur.
Un nuevo estudio, cuyas conclusiones han sido publicadas en la revista de la Academia Nacional de Ciencias, muestra que este denominador común tienen incidencias en la formación genética de los europeos del sur. Estos tendrían una diversidad genética más grande que sus homólogos del norte.
Esto no es sorprendente cuando se conoce la historia de estas líneas fronterizas mediterráneas, un cruce a través de los siglos. Los romanos ocuparon el África del norte. Los árabes resplandecieron hasta en España, en un territorio llamado Al-Andalus.
El estudio sugiere que estas conexiones no solo tienen impactos culturales y arquitectónicos, sino también genéticos.
“El nivel elevado de variaciones genéticas entre los europeos del sur refleja los flujos de genes provenientes de África del norte, en el trascurso de la historia”, declara el co-autor, Carlos Bustamante, especialista en genética de la universidad de Stanford.
Estudios de esta clase ya se habían realizado en el pasado, pero esta vez, los investigadores han trabajado a partir de muestras de ADN del sur de Europa y el norte de África. Los investigadores han comparado las muestras de ADN existentes de 2.099 individuos de 43 poblaciones diferentes en Europa y en África. Además, se añadieron numerosas muestras.
“Tales estudios son esenciales para nuestra mejor comprensión del impacto de los acontecimientos históricos y de las tendencias migratorias en la historia reciente de la humanidad”, comenta Graham Coop, especialista en genética de las poblaciones, en la universidad de California.
(Slate Afrique, 10-06-13)