El papa Francisco denunció «este genocidio olvidado”. En nombre de la dignidad y del valor de los diamantes más preciosos de esta espléndida tierra, que son sus ciudadanos, «quisiera invitarlos a todos a un reinicio social valiente e inclusivo«.
El presidente Felix Tshiseekedi por su parte aseguró que, la cultura congoleña se basa en valores religiosos, especialmente la hospitalidad, “amenazada por grupos terroristas proveniente de países vecinos”, especialmente de Ruanda.
El presidente denunció que, han asesinado más de 10 millones de personas, así como el “silencio cómplice de la comunidad internacional”. Pero asegura que defenderá “la integridad de su territorio”.
Francisco quiere romper ese techo de cristal de silencio y lanza una serie de gritos: «No toquen la República Democrática del Congo, no toquen el África. Dejen de asfixiarla, porque África no es una mina que explotar ni una tierra que saquear«. Y, amante de lo concreto, denuncia a la comunidad internacional: «Mirando a este pueblo, se tiene la impresión de que la comunidad internacional casi se haya resignado a la violencia que lo devora. No podemos acostumbrarnos a la sangre que corre en este país desde hace décadas, causando millones de muertos sin que muchos lo sepan«.
El papa criticó también el «tribalismo, la corrupción y la violencia en el propio país”, Francisco pide «favorecer la celebración de elecciones libres, transparentes y creíbles; ampliar aún más la participación en los procesos de paz a las mujeres, los jóvenes y los grupos marginados; buscar el bien común y la seguridad de la gente por encima de los intereses personales o de grupo; reforzar la presencia del Estado en todo el territorio«.
Por último, el papa realizó un llamamiento especial a cuidar de los niños «explotados» y a cuidar la creación: «En nombre de la dignidad y del valor de los diamantes más preciosos de esta espléndida tierra, que son sus ciudadanos, quisiera invitarlos a todos a un reinicio social valiente e inclusivo«. Como dice el himno nacional congoleño.
“Compartir, no es una cuestión de bondad, sino de justicia. Más que distribuir bienes, lo cual será siempre necesario, es mejor transmitir conocimientos y herramientas que hagan el desarrollo autónomo y sostenible. La ayuda de los cristianos ha de ser sostenible e integral”.
El presidente de la República Democrática del Congo (RDC), Felix Tshisekedi, denunció ante el papa Francisco lo que consideró «el silencio cómplice» de la comunidad internacional ante los ataques de grupos terroristas que operan en el este «armados por potencias extranjeras«.
«Esta desgracia toca hoy y desde hace 30 años a una parte de nuestro territorio víctima de la violencia, donde los grupos, armados por las potencias extranjeras ávidas de los minerales que hay en nuestro subsuelo, cometen con el apoyo directo de nuestro vecino Ruanda crímenes crueles«, acusó Tshisekedi.
Desde 1998 el este de la RDC está sumido en un conflicto alimentado por las milicias rebeldes y los ataques de los soldados del Ejército, pese a la presencia de la misión de paz de la ONU en el país (MONUSCO), con unos 14.000 efectivos desplegados en el terreno.
La ausencia de alternativas y métodos de subsistencia estables han empujado a miles de congoleños a tomar las armas y, según el Barómetro de la Seguridad de Kivu (KST, en sus siglas en inglés), el este de la RDC es el campo de batalla de al menos 122 grupos rebeldes.
El presidente criticó que todo esto «está favorecido por el silencio y la inacción de la comunidad internacional» lo que ha provocado que «más de 10 millones de personas hayan sido atrozmente privadas de la vida, mujeres inocentes, también embarazadas son violadas y apuñaladas, niños y jóvenes son degollados y familias enteras y niños se ven condenados a vivir con la fatiga de vagar buscando la paz a causa de las ejecuciones cometidas por estos terroristas al servicio de intereses extranjeros«.
Ante estas palabras, el papa Francisco también denunció lo que aseguró es «el genocidio olvidado» que sufre la RDC.
«No podemos quedar así, ante una injusticia y este silencio cómplice de la comunidad internacional«, agregó el presidente.
Lázaro Bustince
[CIDAF-UCM]