Los líderes africanos abogaron por los combustibles fósiles del continente en la cumbre COP27 de la ONU en medio de feroces debates sobre el acceso a la energía y la compensación por el cambio climático. De nuevo se aplica la política colonial de compensación, en vez de afrontar las raíces profundas del saqueo y destrucción de la naturaleza, sobre todo en África.
En cuanto a la gama de posibles resultados para la cumbre del 7 al 18 de noviembre 2022, desde ningún cambio hasta una ruptura enconada entre el Norte y el Sur Global, los asistentes a la cumbre lograron un progreso gradual.
El tema más polémico en la cumbre es la cuestión de la financiación climática proporcionada por los países desarrollados a los países en desarrollo, no para mejorar las fuentes locales de energía renovable sino para intentar compensar los saqueos y daños causados.
También hubo varios anuncios sobre alejarse de los combustibles fósiles. Esto incluyó una Asociación de Hidrógeno Renovable UE-Egipto, y el presidente de Senegal, Macky Sall, presentó planes para un panel de ‘alto nivel’ para movilizar una expansión en la inversión en agua africana. Sudáfrica llegó a un acuerdo con financiadores estatales y privados sobre su plan de ‘transición energética justa’ de 8.500 millones de dólares para pasar del carbón a las energías renovables.
Si bien el texto preparado por la presidencia egipcia de la COP27 destacó la importancia de mantener el objetivo de limitar el aumento de la temperatura a 1,5 grados centígrados, la mayor demanda de países, como China, India y Pakistán, que, aunque son de los que más OC2 producen, tan solo proponen una contribución simbólica para apaliar los daños irreversibles que causan.
Junto a la instalación del FMI estaría una directiva para que los bancos de desarrollo emitieran 1 billón de dólares al año en préstamos de bajo costo y, más especulativamente, para un impuesto global sobre las compañías petroleras para pagar los proyectos de reconstrucción en los países en desarrollo.
El plan acordado sobre el Comercio Panafricano, debería facilitar la cooperación africana e internacional en este urgente proyecto de promover nuevas fuentes de energía renovable regionales, en toda África, y abandonar los planes coloniales de compensación financiera por los daños causados, para seguir saqueando los abundantes recursos del continente africano.
Frente a la política colonial y nefasta de crear fondos de compensación por los graves daños causados a la naturaleza en África, los pueblos africanos deben seguir levantándose como los pioneros y protagonistas en la gestión responsable y justa de los inmensos recursos humanos, naturales y minerales, de toda África.
La ayuda presupuestaria que la mayoría de los gobiernos africanos reciben de los países occidentales, así como los préstamos que les ofrecen, son en realidad “ataduras financieras” para seguir colonizando y saqueando África.
Esta dependencia, no solamente beneficia a los gobiernos corruptos, sino que mantiene a los pueblos económicamente esclavizados y empobrecidos.
No es un problema de falta de recursos ni de energía, sino de gobernanzas irresponsables. Nos cuesta despertarnos y asumir nuestra propia responsabilidad para una gestión más transparente, colaborativa y que busque un desarrollo sostenible para todas las familias.
CIDAF-UCM