Una conmemoración nacional celebrada en día 5 de octubre, por 20 cráneos de namibios que habían sido incautados por la Alemania Imperial, hace un siglo, ha provocado peticiones emocionadas de reparaciones por los abusos cometidos en la era colonial.
Las fuerzas alemanas tomaron los cráneos de decenas de miles de personas, a las que se había matado mediante la privación de alimento hasta que murieron de inanición, durante un levantamiento anticolonial de los que entonces fueran poderosos pueblos Herero y Nama, entre 1904 y 1908.
Los cráneos fueron utilizados para desacreditados “experimentos” científicos, para demostrar la superioridad de los europeos blancos, pero después desaparecieron en los archivos de las instituciones alemanas, donde un periodista los descubrió hace tres años.
“Los científicos alemanes diseccionaron las cabezas en laboratorios, vaciaron sus cerebros y los tiñeron con todo tipo de coloraciones para demostrar su teoría racista y fascista –que la capacidad intelectual del hombre negro es inferior a la del caucásico”, declaró el jefe del pueblo Herero, Alfons Maharero.
“La devolución de los cráneos sirve de prueba irrefutable de que Namibia tiene una caso para demandar justicia restaurativa, por el genocidio cometido por Alemania, durante su reinado colonial”, añadió.
“Nuestros ancestros fueron tratados con un desprecio y falta de respeto totales, tratados como chimpancés en laboratorios”, dijo Maharero, que pronunció unas palabras en la conmemoración estatal en el Santuario de los Héroes de Acre, a los muertos en la guerra de la liberación, a las afueras de la capital, Windhoek.
El presidente de Namibia, Hifikepunye Pohamba, condenó los abusos de la era colonial, pero no mencionó las reparaciones cuando se dirigió a los 1.000 asistentes a la ceremonia. “Las tropas imperiales alemanas cometieron horribles atrocidades” contra los namibios, dijo.
“Mediante su sacrificio desinteresado, nuestros antepasados establecieron una base firme para nuestra lucha moderna por la liberación”, lo que llevó a la independencia de Suráfrica, en 1990.
“sus espíritus nunca se quebraron y mientras que sus restos mortales fueron retirados de Namibia, entre las ruinas de la guerra, ellos han vuelto ahora a una namibia, independiente, pacífica y estable”, añadió.
El embajador alemán, Egon Kochanke, dijo a su vez sobre los cráneos que “nos recuerda un capítulo oscuro de la historia, que todavía causa un tremendo dolor. Permítanme llorar con ustedes e inclinar mi cabeza en profundo pesar”.
Alemania ha descartado la reparación y siempre ha mantenido que sus 600 millones de euros en ayuda al desarrollo desde la independencia de Namibia han sido “para beneficio de todos los namibios”.
(Daily Nation, Kenia, 05-10-11)