Las consecuencias de los seísmos que tuvieron lugar el domingo son bastante desastrosas: en el Congo la iglesias de Kabare y Mwanda (Katana) están parcialmente destruidas, como también un templo de protestantes en Mihri, cerca de Murhesa; hay edificios parcialmente destruidos en Bukavu y muchas casas con fisuras más o menos grandes, como el colegio Alfajiri de los jesuitas. En el antiguo convento de la Hermanas Blancas en Katana, se ha caído parte del techo de la capilla y del comedor. En el seminario de Ruzizi de los Padres Blancos, hay algunas perforaciones en techos por piedras despegadas de algún muro, además de algunas grietas, pero poco en definitiva. No ha habido consecuencias en las otras casas de los Padres Blancos. Por el momento hablan de 6 muertos en el Congo.
En Ruanda los muertos son más numerosos en la zona de Cyangugu. Un sacerdote habla de 33 muertos contados y cientos de heridos, algunos graves, así que los muertos aumentarán. En la parroquia de Nkanka esta mañana han enterrado a 13 personas; muertos en la parroquia de Shangi y en sucursales de Shangi, como también en la pequeña isla de Kirwa, unos pentacostistas que se habían reunido para la celebración dominical. Hay casas destruidas y muchos edificios con fisuras como el obispado de Cyangugu y el convento de las Carmelitas; éstas han pasado la noche fuera de su casa pues como se había anunciado otro seísmo nocturno, se les dijo que era peligroso quedarse dentro. Además en esas circunstancias la gente tiene miedo de volver a la vida normal. En Kigali, aparte de notarlo, no ha habido ninguna otra consecuencia.
(Correspondencia particular de los padres blancos, 05-02-08)
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