Los jóvenes africanos desean vivir y trabajar en su país de origen, siempre que haya oportunidades e infraestructuras de trabajo y desarrollo sostenible. El reto principal no es la falta de recursos, humanos o materiales, sino la gestión injusta y acaparadora de los poderosos, tanto regionales como internacionales.
El uso estratégico de la agricultura para catalizar oportunidades y aumentar los ingresos es una de las formas comprobadas de aliviar la pobreza y lograr progreso. Uganda tiene una de las poblaciones más jóvenes de África, y los jóvenes del norte de Uganda soportan una carga particularmente grande de desempleo, violencia de género, pobreza e inseguridad alimentaria. Las comunidades resultaron gravemente dañadas por la guerra y la epidemia de VIH/SIDA, lo que dio lugar a una alta incidencia de pobreza extrema, así como a muchos hogares dirigidos por jóvenes en las zonas rurales.
En el norte de Uganda el 90 % de la población sobrevive gracias a la agricultura de subsistencia de bajos ingresos, mientras se enfrenta a desafíos ambientales, enfermedades de los cultivos y el ganado y técnicas deficientes para producir suficientes alimentos y ganarse la vida. Además, los alimentos importados se venden a precios más bajos que los excelentes productos locales, porque los importados están más subvencionados.
Pero hay esperanza, las investigaciones muestran que la expansión del sector agrícola puede aumentar los ingresos de las familias pobres entre dos y cuatro veces más eficazmente que otras industrias. Los sectores público y privado deben priorizar a los jóvenes de Uganda, inspirándolos a considerar la agroindustria como un camino viable hacia un futuro próspero.
Un ejemplo de este tipo de colaboración proviene del proyecto “Learn 4 Agribusiness” (L4AB), liderado por una coalición de partes interesadas multisectoriales, incluida la organización de desarrollo global “Heifer International”, la organización holandesa sin fines de lucro Edukans, el gobierno local del distrito de Dokolo y el sector privado. El proyecto tenía como objetivo permitir que 3200 jóvenes sin educación, de entre 18 y 30 años, obtuvieran ingresos dignos invirtiendo y cultivando semillas oleaginosas, incluidas girasol, maní y soja.
Estas semillas ofrecen beneficios económicos sustanciales al servir como ingrediente principal tanto en aceites comestibles como en piensos para el ganado, lo que las posiciona como un cultivo comercial lucrativo para los pequeños agricultores. A partir de esta iniciativa, el desarrollo de habilidades transformadoras, las finanzas inclusivas y el acceso a los mercados permitirán a los jóvenes aprovechar la promesa de la producción de semillas oleaginosas para lograr un impacto duradero.
¿Cómo funcionó?
Los jóvenes agricultores se organizaron originalmente en 133 grupos de autoayuda y luego formaron la Cooperativa de agricultores jóvenes de semillas oleaginosas Dokolo y la Sociedad cooperativa multipropósito de agricultores juveniles de semillas oleaginosas de Kwera, creando una base para que los jóvenes trabajen juntos y accediesen a un mejor mercado de sus productos.
El proyecto aprovechó los programas gubernamentales para establecer una instalación de almacenamiento, acopio y procesamiento de 400 toneladas de capacidad para la cooperativa Dokolo; vinculó las cooperativas con los proveedores de seguros agrícolas para desarrollar su resiliencia al cambio climático; suministró semillas oleaginosas resistentes a la sequía y proporcionó tractores para aumentar la producción y la productividad.
Las cooperativas, que ahora cuentan con 3800 miembros, establecieron vínculos de mercado y facilitaron asociaciones comerciales con compradores nacionales como “Tropical Dynasty Limited” y “Soybean Africa Limited y Traford.”
Las cooperativas dirigidas por jóvenes suministran cada temprada entre 4 y 8 toneladas de semillas certificadas a sus miembros para que las planten. Después del período de crecimiento recolectan un total combinado de 190 toneladas de semillas oleaginosas cosechadas para venderlas en el mercado.
Fuente: Daily Monitor
[Traducción y edición, Lázaro Bustince]
[CIDAF-UCM]
