Pon tu dinero donde está tu boca, será el mensaje de África en la gran cumbre de la ONU sobre desarrollo sostenible, que comenzó en Río de Janeiro, esta semana.
La postura común de la región pide un resultado definido y un método más rápido de implementación de las decisiones tomadas en la cumbre de Río+20, entre el 20 y el 22 de junio.
Se espera que los líderes de hasta 130 países, incluidos varios de África, firmen un nuevo acuerdo para poner la economía mundial en un camino de fuerte crecimiento con un énfasis especial en la economía verde, un reto, dado el rápido crecimiento de las poblaciones.
Más de 26.000 delegados se han registrado para asistir a las conversaciones.
La Declaración de Consenso de África, acordada por los ministros africanos en una asamblea de la Unión Africana en Addis Abeba, también pide que se cumplan las promesas hechas previamente al continente, que reconocían ampliamente que África está sufriendo la peor parte del cambio climático.
En esta declaración elaborada en octubre, los líderes africanos acuerdan que el continente es responsable de llevar adelante su propio desarrollo sostenible, y dice que los países han establecido o reforzado sus instituciones, para apoyar esto, añade que sólo hablando no es suficiente. “Subrayamos que Río+20 debe centrarse en cumplir con los medios de implementación. Hay varios vacíos importantes que minan el complimiento de los compromisos internacionales para lograr un desarrollo sostenible en África”, dice.
Según esta postura que también fue debatida la semana pasada al margen de la conferencia, las áreas identificadas incluyen finanzas, deuda externa, inversión comercial, desarrollo de capacidades y transferencia de tecnología.
La declaración hace una lista de una serie de promesas internacionales y de apoyo, que deben ser cumplidas urgentemente, por parte de los países en desarrollo, incluida la de destinar el 0.7 % de su producto interior bruto a los países en desarrollo, en el marco de la ayuda oficial al desarrollo.
Los países africanos quieren que esto se cumpla, junto con el objetivo de entre el 0.15 % y el 20 % de los ingresos brutos nacionales, para los países menos desarrollados.
Los africanos también quieren que la cumbre refuerce a los países en desarrollo, para cumplir el compromiso de duplicar la ayuda a África para 2010, como articuló la cumbre G8, celebrada en Gleneagles, en julio de 2005.
En la lista de deseos también está una solución urgente a los problemas de la deuda de los países en desarrollo, así como la total implementación del Plan Estratégico de Bali, para el apoyo en tecnología y formación.
También sería bien recibido un resultado de la Ronda de Doha orientado al desarrollo equitativo.
RAY NALUYAGA
(Africa Review, Kenia, 20-06-12)
