En los últimos 50 años se ha escrito mucho sobre la historia del petróleo. Dos relatos clásicos son El Premio, de Daniel Yergin, y Las Siete Hermanas, de Anthony Sampson. Ambos libros narran el ascenso de las grandes compañías petroleras occidentales a lo largo del siglo XX. Son ricos en detalle y están llenos de viñetas fascinantes, pero están muy personalizados en la forma en que cuentan la historia del petróleo. Están centradas en los individuos que lideraron las grandes compañías petroleras y su implacable determinación de controlar los suministros mundiales de petróleo. Lo que ignoran en gran medida son las más amplias realidades sociales y económicas que dieron forma al surgimiento del petróleo como el principal combustible fósil del mundo.
Capitalismo Crudo fue escrito en parte como una crítica de este tipo de enfoques sobre el petróleo. Mi punto de partida es que, materialmente hablando, el petróleo es simplemente una sustancia pegajosa y negra. No tiene ningún poder innato separado del tipo de sociedad en la que vivimos. Y esa sociedad es capitalismo, un históricamente sistema social distinto que se caracteriza por la acumulación sin fin, un impulso a acumular continuamente dinero que prevalece sobre todas las demás consideraciones. Si queremos verdaderamente entender el lugar del petróleo en nuestro orden energético, necesitamos poner en primer plano las prioridades, lógicas y comportamientos que están condicionados por este sistema social.
Al adoptar este enfoque, me inspiré en una serie de otros escritos recientes. Entre ellos, Fossil Capital de Andreas Malm, Lifeblood de Matt Huber y The Licit Life of Capitalism : US Oil in Equatorial Guinea de Hannah Appel. Cada uno de estos libros está escrito en un estilo atractivo, entrelazando su narrativa histórica dentro de un análisis más profundo de lo que significa el capitalismo para la producción y consumo de combustibles fósiles.
Una de las ventajas de este enfoque es que nos impulsa a considerar lo que el petróleo hace por el capitalismo después de ser refinado y convertido en algo útil. En este sentido, la mayoría de nosotros tendemos a pensar en el petróleo simplemente en forma de gasolina y otros combustibles líquidos. A menudo olvidamos otro conjunto de refinados productos petrolíferos de enorme importancia: los petroquímicos y los plásticos. La revolución petroquímica convirtió al petróleo en mucho más que un simple combustible: como materia prima, se convirtió en un insumo básico para casi todos los productos que hoy nos rodean.
Un trabajo pionero sobre este cambio sintético es el escrito del ecologista estadounidense Barry Commoner, especialmente su libro The Closing Circle. Hay mucho que podemos aprender de Commoner hoy, pero a menudo se le pasa por alto en los debates contemporáneos sobre el clima y la ecología (quizás porque también insistió en pensar seriamente sobre el capitalismo). Más recientemente, el trabajo de Alice Mah sobre los petroquímicos es extremadamente esclarecedor. Su libro Plastic Unlimited: How Corporations Are Fuelling the Ecological Crisis and What We Can Do About It (Plástico ilimitado: cómo las corporaciones están alimentando la crisis ecológica y qué podemos hacer al respecto) es una poderosa crítica de la industria petroquímica y su conexión con el imperativo del crecimiento ilimitado.
Un tema importante de mi libro es la conexión del petróleo con el colonialismo europeo, su lugar en las luchas de liberación nacional de posguerra y el posterior surgimiento de un orden mundial centrado en Estados Unidos. Dos libros que hacen importantes contribuciones en este sentido son Oil Revolution, de Christopher Dietrich, y The Rise and Fall of OPEP in the Twentieth Century, de Giuliano Garavini. El gran mérito de estos libros es su cuidadosa atención a las redes transnacionales anticoloniales y a las formas en que el petróleo moldeó tanto la práctica como el pensamiento de los movimientos de liberación en el Sur Global.
Al pensar en el colonialismo, debemos ir más allá de una visión simple sobre el petróleo como sustancia material y también considerar qué sucede con la riqueza petrolera: quién la gana, en qué moneda está denominada y adónde va. En este sentido, aprendí mucho del libro de Stephen Galpern: Money, Oil, and Empire in the Middle East: Sterling and Post-War Imperialism, 1944–1971. Este fascinante libro conecta la estrategia petrolera de Gran Bretaña en Oriente Medio a preocupaciones sobre la fortaleza de la libra esterlina. Al hacerlo, cambia la forma en que pensamos sobre el control de materias primas como el petróleo. Otro libro esencial sobre este tema, que examina el período posterior al fin del colonialismo británico, es The Hidden Hand of American Hegemony, de David Spiro. En este libro pionero, Spiro presenta uno de los primeros relatos de cómo el poder financiero estadounidense de posguerra estuvo conectado con la recirculación de la riqueza petrolera saudí en los mercados financieros estadounidenses.
Por supuesto, la cuestión general de cualquier libro sobre petróleo es la realidad de la emergencia climática. En este sentido, me resultó muy útil el trabajo de Ian Angus, que dirige el sitio web Climate and Capitalism. El libro de Angus, Facing the Anthropocene: Fossil Capitalism and the Crisis of the Earth System, es una bien argumentada defensa del ecosocialismo y está escrito de una manera que transmite, de manera clara y directa, la investigación científica sobre el cambio climático. El enfoque de Angus se basa en el concepto de Marx de la grieta metabólica, la idea de que el capitalismo inevitablemente altera la interacción “metabólica” entre humanos y naturaleza. Los fundamentos teóricos de esta idea y sus implicaciones para los movimientos políticos han sido ampliamente explorados por John Bellamy Foster, Brett Clark y Richard York en The Ecological Rift: Capitalism’s War on the Earth, y también en The Vulnerable Planet: A Short Economic History of the Environment, de John Bellamy Foster. El reciente libro de Adrienne Buller, The Value of a Whale, es también una crítica notablemente lúcida del “capitalismo verde” y los intentos de mercantilizar la naturaleza que ahora se están impulsando bajo la apariencia de acción climática.
Fuente: Africa is a Country
[Traducción, Jesús Esteibarlanda]
[CIDAF-UCM]