Los kenianos se preparan para ir a las urnas el 4 de marzo y los expertos advierten de la posible escasez de alimentos debido a que muchos agricultores no están sembrando cultivos por miedo a la violencia electoral.
Los agricultores de granero del país, en la provincia del Rift Valley, están reduciendo su plantación porque no quieren perder si hay violencia similar a la que siguió a las elecciones presidenciales de diciembre de 2007. Más de 1.100 personas murieron y cientos de miles de personas se vieron obligadas a abandonar sus hogares en los meses que siguieron.
Los agricultores del Valle del Rift fueron especialmente afectados. Muchos tenían sus cosechas saqueadas, mientras que otros se vieron obligados a abandonar sus tierras y buscar refugio en campos de desplazados.
El maíz, un cultivo básico plantado entre febrero y abril, parece que va a ser de los más afectados. El trigo no se siembra hasta mayo, por lo que la cosecha es menor en esta situación de riesgo y en su cosecha las elecciones habrán terminado para entonces.
Samson Koech, economista agrícola y la tierra en el municipio del Valle del Rift de Eldoret, advierte que si los agricultores se abstienen de sembrar en los próximos meses, Kenia podría encontrarse con una crisis alimentaria a finales de año.
«Más del 80 por ciento del consumo de alimentos en Kenia es cultivado por pequeños agricultores que dependen de la agricultura como su principal fuente de ingresos para su sustento, y la decisión de algunos de ellos no para plantar la cosecha de [este] año dará lugar a la inseguridad nutricional entre la mayoría de las familias «, dijo Koech.
James Maina es padre de cuatro hijos que posee 40 acres de tierra en el Valle del Rift condado de Uasin Gishu. Él es uno de los que perdieron sus cosechas después de que los graneros fueran arrasados en los disturbios de 2007-08. «No quiero experimentar las mismas pérdidas que en las últimas elecciones generales, cuando mi tienda se incendió», dijo Maina, que cultiva maíz en diez hectáreas y utiliza el resto de la tierra para el trigo, verduras y cuatro vacas lecheras. «La inseguridad tendría un impacto negativo sobre mis actividades agrícolas y la generación de ingresos en general».
Maina dice que las profundas tensiones entre las diferentes comunidades étnicas, en particular sobre la propiedad de la tierra, podría desatar la violencia en la región en cualquier momento.
«Esto equivaldría a una pérdida de dinero y recursos para invertir en el cultivo de las cosechas, los esfuerzos significativos de reconciliación no han arraigado a resolver las causas subyacentes de la violencia, especialmente la tierra», dijo.
Al acercarse las elecciones, algunos agricultores en el Valle del Rift se han apresurado a vender el maíz y el trigo almacenado desde la temporada pasada. Maina planea vender su maíz y las existencias de trigo y sus vacas, y trasladarse a una ciudad cercana, a fin de evitar el riesgo de ataque. Kenia ha experimentado una serie de incidentes violentos en las últimas semanas y meses.
En agosto del año pasado, los enfrentamientos entre miembros de los grupos étnicos Pokomo y Orma y en el delta del Tana en el este de Kenia dejaron más de 100 muertos. Además la violencia estalló en la misma zona en enero.
Violentas protestas tuvieron lugar en la región occidental de Kisumu el 20 de enero tras las acusaciones de fraude durante el proceso de nominaciones partido. El Valle del Rift es la provincia más grande de Kenia, que abarca unos 180.000 kilómetros cuadrados. El Ministerio de Agricultura dice que esta región se cultiva dos tercios del maíz y tres cuartos del trigo que se consume en el país. Los expertos agrícolas y económicos temen lo peor si los agricultores del Valle del Rift optan por salir de la siembra.
El Dr. Martin Yego, experto agricultura basada en Eldoret, dijo que la seguridad electoral representa una amenaza real para la seguridad alimentaria, sobre todo porque algunos de los campesinos desplazados tras las últimas elecciones aún no han regresado a sus fincas.
«El país va a experimentar un déficit alimentario [si] algunos de los agricultores no siembran sus cultivos, teniendo en cuenta que el país vivió bajo la producción de maíz de este año», explicó Yego.
Las cosechas ya han sido gravemente afectadas por la división de la tierra en el Valle del Rift. Después de la violencia 2007-08, muchos agricultores, especialmente aquellos cercanos a las zonas urbanas, convirtieron la tierra en parcelas residenciales y comerciales con el fin de arrendar mientras buscaban nuevas tierras de cultivo en las zonas que consideran más seguras.
Según el Sr. Lang’at, economista agrícola en Eldoret, esto se ha traducido en disminución de la producción agrícola.
(Institute for war and peace, Kenia, 25-01-2013)
Noticia seleccionada y traducida para Fundación Sur por Eva Estaun, española residente en Nairobi.
