La prensa tunecina vivió, ayer jueves, las protestas que agitan desde hace ya varios días una región desfavorecida del país, un recordatorio de la revolución de 2011 y advirtió de que las protestas podrían desencadenar en hechos más graves en el caso de que las desigualdades persistan.
La muerte el sábado de Ridha Yahyaoui, joven desempleado de Kasserine (ciudad del centro-oeste a 300 km. de la capital), una de las regiones más pobres de Túnez, ha reavivado las tensiones en un país que acaba de cumplir cinco años de su revolución, motivada en gran parte por la pobreza, la exclusión social y el desempleo.
El diario francófono Le Temps advirtió contra «un mes de enero muy, muy caliente” a medida que «la protesta social continúe y se extienda».
En respuesta a la muerte de Yahyaoui, cientos, miles de jóvenes han salido a la calle y, desde entonces las manifestaciones no han dejado de multiplicarse. La revuelta de Kasserine se ha extendido a Sidi Bouzid, Tala, Meknassi, Kairouan, las regiones donde nació la revolución en 2011 y ha alcanzado luego el norte y el sur, hasta cubrir el conjunto del país. Este martes, las protestas llegaron a Túnez capital, delante del Ministerio del Interior. Volvieron a escucharse consignas familiares: “el pueblo quiere la caída del régimen” o “trabajo, libertad, dignidad nacional”, a las que se añadieron otras nuevas: “el trabajo es un derecho, banda de ladrones” o “te han engañado, ciudadano, te han dado pobreza y te han dado hambre” o “vergüenza, vergüenza, gobernantes, Kasserine arde”.
«Es como si todavía estuviéramos a finales de 2010-principios de 2011. Kasserine está en llamas, y las ciudades vecinas la apoyan, los manifestantes toman las calles y las instituciones públicas.
«De Bouazizi a Yahyaoui, los patrones se repiten. ¿Los resultados serán los mismos? «, se pregunta la prensa. Periódicos como Al Magreb, recuerdan que en el origen de los problemas figura «la aterradora realidad de las desigualdades regionales.»
«¿Qué pasa con el desarrollo en las regiones? Los gobiernos se han sucedido sin que la herida esté curada», escribió Le Temps. «No podemos sorprendernos más tarde si el fuego envuelve a toda una región».
“Poco se ha hecho para cambiar el curso de las cosas en las regiones del interior, condenadas a vivir durante décadas a la sombra de otras zonas más favorecidas tanto por la naturaleza como por las políticas de desarrollo aplicadas», afirma el diario. «En todas partes, la tasa de desempleo entre los graduados está batiendo récords. Las estadísticas son aterradoras y amenazan a toda una generación que ha trabajado para conseguir un título que ahora se demuestra inútil e insuficiente para conseguir un trabajo decente», continúa. «Ante tal fracaso, la reacción de los desempleados, en Kasserine y en otras partes, parece razonable y lógica».
Al Magreb culpa a las autoridades de haber llenado estas regiones de promesas incumplidas «, pero «no hay que olvidar que estamos ante volcán que puede estallar en cualquier momento».
«Nadie tiene una varita mágica, pero si no nos salimos de los planes tradicionales y si no cogemos el toro por los cuernos son la seguridad y el futuro del país las que están amenazadas», advierte.
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