Las mujeres de Zambia se estiran los labios menores para evitar infidelidades

27/01/2014 | Crónicas y reportajes

Las mujeres zambianas aseguran que las matriarcas de las familias y los consejeros matrimoniales les presionan para que se agranden los labios menores. Sin embargo, no se atreven a cuestionar esta práctica cultural. Se trata de un tabú social sobre el que incluso los médicos especialistas se niegan a hablar abiertamente. Tanto los hombres como las mujeres defienden que es una práctica vital para la satisfacción matrimonial, pero los defensores de los derechos de las mujeres consideran que esto es un ejemplo de la dominación masculina en Zambia.

Cuando Martha Mwelwa cumplió 14 años, sus amigos y familia le dijeron que tenía que empezar a estirarse los labios menores. Ahora, con 22 años, Mwelwa dice que ni se le pasó por la cabeza cuestionar a los mayores, pero que no entendió por qué tuvo que estirarse los genitales con las manos.

Su abuela le dijo que estirarse los labios menores facilitaría los partos. Pero esto era muy diferente a lo que le habían dicho sus compañeras de clase en Lusaka, la capital de Zambia. «Mis amigas me dijeron que lo hacemos por los hombres», añade Mwelwa. «Dicen que si una mujer no los tiene, el hombre no querrá estar con ella».

Ella y sus dos primas debatían sobre el tema a puerta cerrada. Se preguntaban cuál era el objetivo de esta práctica y si sus labios menores tendrían la longitud adecuada que, según tenían entendido, debía ser como la del dedo meñique. «Solía estirarlos en el baño o en la cama», dice Mwelwa. «Lo hacíamos en privado casi todo el tiempo».

Mwelwa explica que el proceso de estiramiento era extremadamente doloroso, pero que nunca se resistió a la poderosa influencia cultural de las mujeres en su familia y en su círculo social. «Lo hacía porque mis amigas lo hacían», añade. «Y aunque fuera doloroso seguía estirando».

A pesar de que la práctica sigue existiendo, muy pocas personas quieren hablar abiertamente sobre ello. Pero las mujeres y las niñas afirman que compañeros y personas de gran influencia cultural, como las matriarcas de las familias, les presionan para estirar los labios menores.

Iris Phiri, una consejera matrimonial tradicional en el Zambia National Traditional Counselors Association, defiende que es una práctica muy importante en la costumbre del país. «Es nuestra cultura», señala Phiri. «Esto es lo que sabemos. Es una lección que nos enseñaron mientras crecíamos y es algo beneficioso para las mujeres. Es bueno. Es la manera en la que conseguimos nuestro orgullo y dignidad como mujeres africanas». Phiri añade que es muy importante que las mujeres estiren los genitales si se quieren casar, puesto que los labios estirados aumentan el placer sexual. «Algunas de las mujeres que no creen en esta práctica, ven como sus hombres las abandonan por otras», explica. «Que una mujer se los haya estirado motiva mucho al hombre».

No existe ningún informe sobre el número de niñas en Zambia que se estiran los labios, pero las mujeres aseguran que la práctica está bastante extendida. Phiri explica que las niñas empiezan a estirarse los genitales aproximadamente a la edad de 10 años, para poder estirarlos hasta la longitud adecuada.

Pocos hombres quieren hablar abiertamente sobre esta práctica pero algunos dicen que las mujeres deben estirarse los labios menores si quieren casarse.

La influencia de Occidente hace que muchas mujeres rechacen esta costumbre. Sin embargo, el agrandamiento de los labios menores es un requisito para las mujeres zambianas, dice Peter Daka, de 29 años, quien vende tarjetas de teléfono en un Kiosco en Lusaka. «Sé que algunas mujeres en Occidente también lo están haciendo ahora», añade. «Pero, como hombre africano, tengo que decir que me gustan estas cosas. Así que esto es lo que te diré, hermana: una mujer de verdad tiene que tenerlos». Los hombres desean que las mujeres tengan los labios alargados. Pero desde su conocimiento, defiende que cree que esta práctica también incrementa el placer para las mujeres.

Inonge Manda, 33, una ama de casa y ex oficial de la policía cree que las mujeres que no se estiran los labios menores tienes más posibilidades de que sus parejas o maridos sean infieles. Dice que ella enseñará a sus hijas a hacerlo cuando sean mayores. «Lo harán porque es parte de nuestra cultura», explica. «Es nuestra identidad. Somos africanos y esto es lo que hacemos».

Una estudiante de sexto curso de Medicina en el hospital docente universitario de la Universidad de Zambia, defiende que los tradicionalistas promueven el alargamiento de los labios sin considerar las posibles repercusiones sobre la salud. No ha querido publicar su nombre por el estigma que supondría hablar abiertamente sobre el estiramiento de los labios menores. «Es muy triste que nadie piense sobre los posibles efectos que esta práctica pueda tener en la salud de las mujeres», añade. Además del estiramiento, las mujeres a veces se ponen hierbas en sus genitales durante el proceso sin saber si esto es seguro. Hay un secretismo que envuelve la identidad y el uso de estas plantas tradicionales. «No sé si estas prácticas tienen efectos negativos en la salud de las mujeres», dice. «Pero es importante que se den cuenta de que las hierbas y otras sustancias que utilizan mientras que se estiran los labios menores no están probados médicamente y pueden ser dañinos para sus genitales o incluso para el sistema reproductivo».

Phiri dice que los consejeros matrimoniales a veces les dan hierbas tradicionales a las niñas para que se las apliquen directamente sobre los labios menores y prevengan que estos se encojan. Sin embargo, se ha negado a dar el nombre de las plantas. «No puedo deciros el nombre porque, ya saben, se trata de algo privado», explica. «Pero si les puedo decir que es una hierba muy buena que todas las mujeres deberíamos utilizar cuando hacemos esto del estiramiento».

Daniel Mwansa, un consejero matrimonial tradicional dice que él tampoco quiere hablar sobre el tema. Sin embargo, confirma que los consejeros matrimoniales enseñan a las niñas a estirarse los labios menores sin conocer los posibles efectos para la salud. «Yo soy consciente de que esta práctica cultural puede tener efectos dañinos para el cuerpo de las mujeres y de las niñas», explica. «Como consejero matrimonial, estamos promoviendo esta práctica sin tener en cuenta las posibles efectos sobre la salud».

Añade que las zambianas necesitan tener más información sobre esta práctica. Como está extendida por todo el país, hace un llamamiento a las instituciones sanitarias y organizaciones para que investiguen sobre los posibles efectos del estiramiento de los labios menores. Sin embargo, los profesionales médicos en Zambia se niegan a hablar sobre el tema abiertamente puesto que temen el rechazo y el estigma social.

Varios profesionales de la salud de tres instituciones en Lusaka, rechazaron ser entrevistados, alegando que no querían romper el tabú, al hablar sobre el estiramiento de los labios. Una enfermera de una clínica de salud reproductiva también defendió que hablar en público sobre el tema era de incultos y reflejaba poca educación.

Los defensores de los derechos de la mujer denuncian que esta práctica oprime a la mujer y es un ejemplo de la dominación masculina. Wala Nalungwe, una feminista y activista, explica que figuras culturalmente importantes, como los consejeros matrimoniales o las matriarcas de las familias presionan injustamente a las mujeres jóvenes a estirarse los labios menores. «Muchas de las niñas o chicas jóvenes que hacen estos estiramientos es porque «lo dice la abuela» o «lo dice la tía»», explica Nalungwe. Añade que incluso las mujeres mayores aún no saben por qué se estiran los genitales. Se inventan falsas razones para poder apoyar la práctica, asustando a las niñas para que lo hagan. «Se asusta a las niñas y a las chicas jóvenes con mitos que explican lo que pasaría si no hicieran el estiramiento de los labios menores», declara Nalungwe. «Como consecuencia, las niñas y las mujeres jóvenes se alargan los labios menores sin saber por qué lo hacen».

Nalungwe defiende que esta práctica priva a las mujeres de la autonomía sobre sus cuerpos y su sexualidad. «Se trata de otra forma de dominación masculina, que se impone sobre mujeres que han nacido en culturas patriarcales donde rechazan tener autonomía sobre sus cuerpos», explica. «Es injusto que se les enseñe a las niñas y a las chicas jóvenes a estirarse los genitales para satisfacer sexualmente a sus parejas masculinas, y no a ellas mismas».

Nalungwe hace un llamamiento a los activistas de Zambia para que acaben con toda forma de mutilación o modificación genital de las mujeres. Respalda que las mujeres y sus grupos defensores deben hacer un esfuerzo para favorecer el cambio.

Aunque Mwansa señala que él anima a los grupos defensores a hablar abiertamente sobre esta práctica, opina que las mujeres seguirán promoviendo el alargamiento de los labios menores a otras mujeres. Aunque algunas prácticas culturales cambian con el tiempo, se muestra escéptico con respecto a que el estiramiento de labios menores vaya a desaparecer en algún momento.

Phiri dice que esta práctica nunca terminará. Es más, las zambianas seguirán estando orgullosas del estiramiento de los labios menores como una señal de su verdadera feminidad.

Chanda Katongo

Global Press Journal

(Traducción, Mercedes Negueruela)

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