Las inundaciones en el sudeste de Níger han obligado a 23.000 personas a huir de sus hogares desde principios de octubre, según han declarado las autoridades, fenómeno que ha dado comienzo a una nueva crisis humanitaria en una región ya azotada por la violencia ejercida por el terrorismo de Boko Haram. Las fuertes lluvias han provocado que el río Komadougou Yobe se desborde, causando la inundación de aldeas y campos y las pérdidas materiales de hogares y cultivos.
La radio nacional La Voz del Sahel informó que debido a las fuertes lluvias, dos aldeas cercanas a la ciudad de Diffa estaban «completamente sumergidas» y 2.500 familias se han visto obligadas a mudarse.
«Hemos estado luchando durante días para impedir que el agua suba, pero no está funcionando», declaró Amadou Issa, un agricultor de arroz, a la agencia de noticias AFP, «Los sacos de arena que hemos estado usando para mantener el agua fuera están completamente bajo el agua».
Los fenómenos meteorológicos extremos son comunes en Níger, uno de los países más pobres del mundo, hecho ilustrado en las siguientes cifras: entre junio y septiembre, 57 personas murieron y más de 130.000 fueron afectadas por las inundaciones, según cifras del gobierno. Según el ACNUR, la agencia de derechos humanos de la ONU, la región de Diffa alberga a casi 120.000 refugiados y 109.000 desplazados internos a causa de los problemas meteorológicos que sufre el país y sus respectivas consecuencias humanas y materiales.
Fuente: News24
[Traducción y edición, E. Aráez Sampere]
[Fundación Sur]
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