Dos cardenales destacados de la familia RECOWA-CERAO se han embarcado en la creación de fundaciones después de su jubilación destinadas a aliviar los sufrimientos de los más pobres y marginados. Uno de estos cardenales es el cardenal Philip Ouédraogo, que hasta su jubilación fue arzobispo de Uagadugú en Burkina Faso. Su fundación, llamada DUC IN ALTUM, aunque creada recientemente, ha contribuido en gran medida a amortiguar los efectos del hambre y la inanición en las regiones pobres de Burkina Faso. En una entrevista exclusiva con la directora ejecutiva de la agencia de noticias RECOWACERAO, RECONA, en su sede central en Abiyán, el secretario de esta institución, Urbain Ouédraogo, narró su objetivo al crear esta organización e hizo un llamamiento para que acudan en su ayuda financiera. Señaló que esta fundación se ha convertido gradualmente en un punto de apoyo para las actividades educativas de los desfavorecidos en sus regiones.
Otra fundación bien desarrollada fue establecida por el Cardenal John Onaiyekan. Esta institución parece abarcar todo. El fundador, siendo un gran visionario, desarrolló esta fundación y la afinó al máximo. La bautizó con la abreviatura COFP. Esta organización más grande que la vida en su naturaleza abarcadora ha instado recientemente a los padres y cuidadores a proteger los derechos de los niños y eliminar el maltrato.
El Director Adjunto de la Fundación Cardenal Onaiyekan para la Paz (COFP) ha instado a los padres y cuidadores a priorizar la protección de los derechos de los niños, eliminando todas las formas de maltrato. En una entrevista con nuestro corresponsal, al margen de un taller de un día realizado bajo el tema, “Poner fin a la violencia y el abuso contra los niños (EVAC)”, Boniface Neibo señaló que muchos padres están demasiado centrados en el trabajo y han descuidado su responsabilidad vital de criar a sus hijos, para que maduren equilibrados. Neibo declaró:
“Los derechos de los niños deben ser protegidos contra toda forma de violencia y abuso, ya sea sexual, psicológico, emocional o físico […] Poner fin a la violencia contra los niños es uno de nuestros principales programas. Nuestra defensa hace un llamamiento a las personas de todas las religiones para que aprendan a valorar y respetar a los niños y a eliminar el maltrato, que ocurre diariamente en las comunidades y los hogares […] Cuando hablamos de abuso, nos referimos a cualquier acción o inacción que cause dolor psicológico, emocional o físico. Hay formas amorosas de corregir a los niños sin infligirles sufrimiento ni agobiarlos psicológicamente. El abuso psicológico y emocional es a menudo la primera forma de abuso que pasa desapercibida, pero tiene efectos profundos en los niños”.
Neibo, que también es párroco de la iglesia de St. Monica Nyanya, en la archidiócesis de Abuya, subrayó la importancia de la educación para combatir el abuso:
“Necesitamos enseñar a nuestros niños que el respeto y la dignidad de la vida humana comienzan con cada uno de ellos. Si un maestro, instructor, sacerdote u obispo viola sus límites, deben sentirse capacitados para hablar, claramente y sin miedo. Sólo así podremos protegerles de más abusos y ayudarles a convertirse en adultos resilientes”.
Aconsejó a los padres que estén atentos a las señales de advertencia de abuso, como el retraimiento de un niño, que puede indicar problemas subyacentes. Además, destacó la necesidad de una comunicación abierta y un seguimiento activo de los círculos sociales de los niños.
Neibo criticó las normas culturales que otorgan autoridad sin control a los mayores, ya que esto puede fomentar entornos en los que el abuso infantil pasa desapercibido:
“En muchas culturas africanas, tendemos a creer que los mayores siempre tienen razón. Sin embargo, esta mentalidad puede llevar a una autoridad sin control, que algunos utilizan para perpetrar el mal. Es hora de repensar estas filosofías”.
George Nwachukwu
Fuente: RECOWA
[CIDAF-UCM]
