Las cuatro ‘P’ del freelanceo en África, por María Rodríguez

30/05/2016 | Bitácora africana

Paciencia, Perseverancia, Pasión. Y Pesada. Seguro que hay más, pero estas serían cuatro de las ‘P’ del periodista freelance (para quien no conozca el término, quiere decir ‘por cuenta propia’). Las que he descubierto hasta la fecha.

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25 de mayo 2016. Hace tres días llegué a Dakar. Dakar, la capital de Senegal, donde ya aterricé antes, hace justo dos años. Mi primer destino africano. Mis primeros pasos. Estoy de vuelta, pero no será por mucho tiempo, aquí voy a estar un par de semanas con un par de temas y parto a mi próximo destino africano. He quedado con Reed Brody, el asesor de Human Rights Watch que ha trabajado con las víctimas de Hissène Habré desde 1999. Este lunes 30 de mayo se dará a conocer la sentencia del juicio que ha tenido lugar en Dakar desde el pasado 20 de julio de 2015 hasta el 11 de febrero de 2016.

Hissène Habré es el dictador que gobernó Chad entre 1982 y 1990. Entonces sería derrocado con un golpe de estado por el actual presidente del país, Idriss Déby. Otro dictador. Los años de Hissène Habré fueron tortura y muerte. Tiempos de guerra donde no sólo temía que el presidente de Libia, Gadafi, se apropiara del norte del país. También temía a su pueblo (que es a quién más temen los dictadores), a la oposición y a cualquier civil sospechoso de ir contra su régimen.

El miedo del dictador dio lugar a que durante su tiempo de reinado unas 40.000 personas fueran asesinadas y unas 200.000 torturadas. Intentos de asfixia, ahogamiento, descargas eléctricas, ejecuciones sumarias, desapariciones forzadas, violaciones sexuales, celdas minúsculas, comida repleta de arena del desierto in-masticable, escasez de agua, cuerpos sin vida y con vida compartiendo el mismo calabozo hasta que la descomposición, las moscas y la gana de los guardias sacaban a los primeros. A los segundos, sólo el mismísimo presidente podía otorgarles la libertad.

Tras un rato hablando con Reed Brody, quien acaba de llegar hace unas horas de Nueva York, agotado, me pide permiso para retirarse. No sin antes presentarme a su amigo y una de las víctimas de Hissène Habré, Souleymane Guengueng.

Imagino que Souleymane, al igual que el resto de víctimas, estará cansado de hablar una y otra vez sobre lo que vivió durante los dos años y medio que estuvo encarcelado. Imagino que lo habrá contado demasiadas veces desde que hace ya 26 años comenzara lo que se ha convertido en su lucha vital. Fue este señor quien en prisión se dirigió a Dios y le dijo: “Si salgo de esta, prometo que todo el sufrimiento que he visto y vivido no quedará silenciado”. Y esa promesa a alguien que para algunos significa Todo y para otros significa Nada fue el inicio de esta lucha que tras años, con la perseverancia de víctimas y activistas, ha conseguido juzgar al dictador.

Souleymane y yo hablamos un poco del juicio, de la posible sentencia, de su vida. De la vida en general. Acaba preguntándome si sustituyo a Pepe Naranjo, periodista español freelance que ha cubierto este tema tanto en Dakar como en N’Djamena, la capital de Chad. Le digo que no, que no trabajamos para el mismo periódico. Souleymane me pregunta que para quién trabajo entonces, y le cuento que “para todos y para nadie”. Le hablo un poco de mí y del periodismo freelance y se sorprende de que haya decidido dedicarme a contar África de este modo tan precario.

Tras más de una hora hablando, Souleymane me da varios consejos de vida, me dice que la motivación de mi gente es necesaria para el problema que yo le describo como el mayor: la soledad que se siente muchas veces. Y me dice que hay que resistir. (¡!) Me lo está diciendo una persona que lleva 26 años luchando por una causa de la que más de una vez parecía irse todo al garete (¡!). Peleando contra la burocracia y la impunidad de un jefe de estado que gracias a su status quo y sus amistades iba consiguiendo siempre dilatar en el tiempo ser juzgado y condenado.

Souleymane tiene mucha fuerza. No sé de dónde la saca. Cuando el segundo día del juicio los abogados de Hissène Habré no aparecieron, argumentando que el Tribunal no era válido para juzgar al dictador, se tuvo que suspender el juicio 45 días para que los abogados de oficio leyeran todo el papeleo. Reed Brody se desanimó un poco. Otro pedrusco en el camino. Este parón se percibió como una pequeña victoria para Hissène Habré. Pero Souleymane le dijo: “Luchamos 25 años para conseguir este juicio, 45 días no es nada”.

La ‘P’ de Perseverancia la descubrí este 25 de mayo. Souleymane no es periodista freelance, pero no puede haber mayor ejemplo, al igual que el resto de víctimas, de saber aguantar. De insistir.

La ‘P’ de Paciencia me costó mucho tiempo aprenderla y hay veces que siento que no termino de aprenderla del todo. Cuando empecé el freelanceo en noviembre 2014 me planté en África con toda la ilusión, pero totalmente desconcertada. No sabía por dónde empezar ni hacia dónde ir. En enero 2015, agotada de tantas dificultades –e incluyendo mi poca experiencia- escribí a Xavier Aldekoa el correo electrónico más largo de mi historia. Y él contestó con la misma extensión, dedicándome tiempo, cuidando cada párrafo. El e-mail se merece enmarcarlo, pero si algo destaco de todo lo que me dijo es lo referente a la Paciencia. Naranjo también me lo decía. Soy una prisas. Y una pesada.

Pesada. La tercera ‘P’. “Ya sabías que África interesa poco [a los medios de comunicación], no me digas que te ha sorprendido”, me dijo Aldekoa. Esto ya es motivo suficiente para ser una pesada e insistir. No he tenido que aprender a ser pesada porque ya nací así. Mi madre dice que no es pesada que es tesón y constancia. Pero tesón no empieza por ‘P’, así que no me sirve.

Y por último, la ‘P’ de Pasión. La utilizan a menudo estos dos periodistas a los que ya he nombrado cuando hablan del periodismo en África subsahariana. La utilizaba Kapuscinski. La utiliza mucha gente. Y también la nombré yo en mi última entrada de este blog. He tenido suerte, la pasión no tuve que aprenderla. Me la encontré leyendo sobre el continente africano. Y aparece cada vez que aprendo algo nuevo o que leo sobre alguien o algo del continente. Reed Brody me enseña el vídeo en el que ha incluido los momentos que él ha considerado claves durante el juicio. Busca la declaración de Kaltouma Defallah, una de las víctimas de esclavitud sexual del ejército de Habré. “Estoy orgullosa de estar aquí hoy, de venir a contar el dolor que he vivido”. Hablar de ello en su sociedad es tabú porque se considera vergonzoso. Reed Brody mira el vídeo, escucha la declaración. “Estoy orgullosa de estar aquí hoy”, repite en francés Reed Broody marcando cada sílaba pronunciada por la mujer que aparece en la pantalla, “¡ese coraje!”, dice refiriéndose a Kaltouma y al resto de las víctimas. Y yo, mientras veo como le brillan los ojos pienso: “eso es Pasión”.

Original en : Cuentos para Julia

Autor

  • Rodríguez González, María

    "María Rodríguez nació en 1989 en Baza (Granada). Es licenciada en Periodismo por la Universidad de Málaga y realizó el Master en Relaciones Internacionales y Estudios Africanos en la Universidad Autónoma de Madrid. En noviembre de 2014 se marchó a Burkina Faso para comenzar a hacer periodismo freelance y desde entonces recorre los países de África occidental para intentar comprender y acercar esta parte del continente. Autora del blog Cuentos para Julia, donde escribe sobre África, sus experiencias y reflexiones, colabora con varios medios de comunicación como El Mundo, Mundo Negro y El Comercio (Perú), entre otros"

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