Fuentes de la Iglesia local de Bukavu, ciudad del este de la República Democrática del Congo (RDC), que cayó en manos de las fuerzas rebeldes del Movimiento 23 de Marzo (M23) a mediados de febrero, han pintado un sombrío panorama de la violencia en curso en la región, donde dicen que los asesinatos se han convertido en un acontecimiento diario.
Según fuentes de la Iglesia en la capital de la provincia de Kivu Sur de la República Democrática del Congo, que hablaron con el servicio de información de Propaganda Fide, la Agencia Fides, “no pasa una noche en Bukavu sin encontrar tres o cuatro cadáveres en la calle”. Otros cuerpos, dice la fuente cuya identidad oculta la Agencia Fides por razones de seguridad, “también emergen del lago”.
“Nuestras fuentes, que han pedido el anonimato por razones de seguridad, describen una ciudad donde prevalece la ley del más fuerte”, afirma la Agencia Fides en un informe del jueves 6 de marzo. Las actividades del M23, un grupo rebelde que ha logrado importantes avances territoriales en la República Democrática del Congo, se han intensificado desde que el 27 de enero tomaron el control de Goma, la capital de la provincia oriental de la República Democrática del Congo.
Un par de semanas después, el 16 de febrero, los rebeldes procedieron a capturar Bukavu, la segunda ciudad más grande del este de la República Democrática del Congo.
En los combates provocados por la captura de Bukavu, una importante ciudad minera en la provincia de Kivu del Sur, las instituciones educativas y los negocios se han visto perturbados por un éxodo masivo de residentes y soldados congoleños.
Algunos de los últimos informes sobre la prolongada crisis en el este de la República Democrática del Congo, rico en minerales, han indicado que, además de la muerte de al menos 7.000 personas, el conflicto también ha desplazado a unas 600.000 personas, entre otras atrocidades deshumanizantes.
Un vecino de Bukavu, que habló con la Agencia Fides, también informó sobre las actividades de bandas criminales en la región que, a diferencia de los rebeldes del M23, sin embargo, no suelen matar a la gente. “Pequeños o grandes robos son cometidos por estas bandas, pero los saqueos más importantes los lleva a cabo con impunidad el M23 y sus aliados”, afirma la fuente.
Entre los objetos saqueados se encuentran los minerales, afirma la fuente a la Agencia Fides, y explica: “El último robo conocido de minerales tuvo lugar en la noche del jueves 27 al viernes 28 de febrero en el distrito de Nguba: 34 barriles de casiterita ya sellados y listos para la venta fueron introducidos en grandes autobuses y cargados en mitad de la noche después de atar a dos guardias y golpear y secuestrar a otros dos, que fueron liberados el domingo 2 de marzo”.
La fuente afirma que cuando los bandidos armados atacan y los lugareños llaman a “soldados” del M23, estos vienen y disparan sin piedad a todo aquel que encuentran en la zona. “Disparan a matar; dicen que no tienen balas para desperdiciar”, afirma la fuente de la iglesia.
Según la fuente, la inseguridad ha paralizado prácticamente la vida social en Bukavu. La fuente ha informado que las clases en las escuelas no se han reanudado porque los padres tienen miedo de dejar salir a sus hijos de casa. “Además, no sabrían cómo pagar las cuotas trimestrales ante la creciente miseria”, dice la fuente a la Agencia Fides.
Según la fuente, la situación en Bukavu está mal informada. “A los periodistas se les ha dicho lo que tienen que hacer: cantar la gloria de los ocupantes, no difundir información de Kinshasa, sino sólo su información”.
La dirección de Caritas Internationalis (CI) y la Confederación mundial de agencias católicas de ayuda, ha advertido que el conflicto violento en curso en el este de la República Democrática del Congo, que sigue aumentando, corre el riesgo de extenderse a todo el país e incluso de convertirse en regional si no hay una intervención inmediata. En una declaración que la agencia de desarrollo de la Iglesia Católica emitió en el actual 58º período ordinario de sesiones del Consejo de Derechos Humanos de las Naciones Unidas (CDHNU), la dirección de CI ha destacado los efectos generalizados del conflicto, diciendo: “Expresamos nuestra profunda preocupación por el empeoramiento de la crisis humanitaria y de seguridad en el este de la República Democrática del Congo, que corre el riesgo de extenderse a todo el país y la región si no se toman medidas”.
La dirección de la confederación, de más de 160 miembros, ha pedido específicamente que se prevenga la explotación y el reclutamiento forzado de jóvenes en la violencia de la República Democrática del Congo.
Fuente: ACI Africa
[Edición y traducción, Jesús Zubiría]
[CIDAF-UCM]