Desde Mohammed VI hasta Félix Tshisekedi, pasando por Bola Tinubu y Umaro Sissoco Embalo, varias decenas de jefes de Estado africanos celebraron la victoria de Donald Trump. Reacciones a menudo dictadas por el pragmatismo, a veces teñidas de temores sobre las consecuencias del regreso del multimillonario al frente de Estados Unidos.
Donald Trump, proclamando su victoria en las elecciones presidenciales de Estados Unidos, durante su discurso del 6 de noviembre de 2024 en Palm Beach, Florida, anunció que él va a solucionar los problemas económicos de EE. UU., el problema de los inmigrantes y las dos guerras que más le preocupan: Rusia-Ucrania y Oriente Medio-Israel. Son los anuncios eufóricos del vencedor de las elecciones, sin precisar cómo lo intentará implementar.
El economista británico Charlie Robertson profetiza:
“Washington volverá a ver a África a través del prisma geopolítico, como vimos durante la Guerra Fría y luego en 2017-2019 bajo Trump, pero esta vez con China como enemigo, en lugar de Rusia”.
Si la falta de interés, e incluso el desprecio, del multimillonario estadounidense hacia el continente africano durante su primer mandato es de conocimiento público, se trata, para los jefes de Estado del continente de aplicar los principios de la geopolítica global. Es urgente no enojarse con un presidente estadounidense tan vengativo hacia la administración Biden-Harris como potencialmente impredecible en la escena internacional.
Hemos escuchado muchas felicitaciones al presidente electo Donald Trump por su victoria en las elecciones presidenciales de Estados Unidos, como la del presidente de Guinea Bissau, Umaro Sissoco: “¡Que este nuevo mandato traiga paz y progreso!» anunció, siendo uno de los primeros líderes del continente en enviar un breve mensaje saludando la victoria del multimillonario estadounidense, y fue en la red social que Elon Musk convirtió en una herramienta al servicio de Donald Trump.
Alassane Ouattara fue otro de los líderes de África Occidental que unió su voz al concierto de felicitaciones. El presidente marfileño declaró que estaba encantado de «continuar con él el fortalecimiento de los vínculos históricos de amistad y cooperación, así como la asociación estratégica» entre Abiyán y Washington.
El chadiano Mahamat Idriss Déby Itno también deseó «todo el éxito» al presidente electo, mientras que el senegalés Bassirou Diomaye Faye abogó por «trabajar juntos por la paz, la prosperidad y el respeto de los valores que compartimos«.
Félix Tshisekedi también envió a Trump sus “fuertes felicitaciones” por su “gran victoria”, afirmando estar dispuesto a colaborar con el nuevo presidente electo estadounidense y a profundizar la asociación estratégica entre la República Democrática del Congo y Estados Unidos, que ya mantiene buenas relaciones de amistad y relaciones cooperativas. Hay que recordar que la llegada de Joe Biden a la Casa Blanca fue seguida en particular por una cooperación que representó para la RDC un importe de 1.600 millones de dólares en cinco años. Una suma destinada a financiar proyectos que iban desde la educación hasta la protección de la biodiversidad, pasando por la lucha contra la inseguridad.
En los últimos años, son ciertamente Rusia y China los que más impacto económico, político y militar han tenido en el continente africano, por delante de EE. UU. y la UE. Queda por ver la cooperación real que existirá entre los gobiernos africanos y la nueva administración de americana, en los ámbitos de la economía, seguridad, integración social, migrantes y desplazados.
África va tomando un mayor protagonismo en la geopolítica global y, por tanto, exigirá más diálogo y cooperación que imposiciones de tipo colonial en una cooperación internacional que cada día es más indispensable. Todos los países reconocen que el futuro de la humanidad, y por tanto de la economía y de la convivencia global, dependen ante todo de los pueblos del continente africano.
Lázaro Bustince
CIDAF-UCM