El gobierno de la República Democrática del Congo, acusó a Bélgica el día 12 a Bélgica de intentar presentar al país como una república bananera, diciendo que estaban “hartos” de ser menospreciados por su antiguo poder colonial.
Dos semanas después de que el rey belga Alberto II festejase el 50 aniversario de la independencia del país, de Bélgica, el portavoz del gobierno de RDC; Lambert Mende, dice que es “inaceptable” cómo “la clase política belga considera los problemas congoleños como un asunto doméstico”.
También atacó al primer ministro belga, Yves Leterme, que es uno de los que asistió a las celebraciones con el rey, por su crítica sobre el dinero gastado en un impresionante desfile militar, sin tener en cuenta la pobreza del país.
“Es como si no hubiera pobreza en su propio país cuando se embarcó en el vuelo especial desde Bruselas a Kinshasa, ida y vuelta, cuyo coste no fue precisamente una ganga”, declaró Mende.
Mende también atacó las cuestiones planteadas por los diamantes que el presidente Joseph Kabila dio a la reina belga, Paola, como regalo “privado”, acusando de lo que él llama “una campaña para minar la credibilidad de las instituciones congoleñas”.
RDC es mostrada “como una república bananera donde no ocurre nada de acuerdo con las normas (internacionales), donde el tiempo se pasa inundando a los visitantes con regalos, diamantes de sangre, diamantes de contrabando”, dijo.
A pesar de las tensiones, Mende dijo que no existe una nueva crisis de relaciones entre Kinshasa y Bruselas, sólo es “una muestra de hartazgo” por parte de la RDC, un país que es del tamaño de toda Europa occidental.
“Queremos otra forma de relaciones… las relaciones coloniales han terminado… queremos ser socios y tratados con el respeto que un socio merece”, añadió.
Desde la independencia del gigante país rico en minerales de Bélgica, en 1960, los vínculos han sido decididamente mixtos. Las relaciones sufrieron un duro revés en abril de 2009, después de las declaraciones sobre la corrupción en el antiguo Zaire, por parte del entonces ministro de Exteriores belga, Karel de Gucht, ahora comisario de comercio de la UE.
En respuesta, Kinshasa llamó a su embajador en Bruselas a consultas, y cerró su consulado en la ciudad de Amberes, mientras que Bélgica iba a cerrar sus consulados en Lubumbasi, en el sur de la RDC, y de Bukavu, en el este.
El embajador belga abandonó el país por completo en diciembre.
Los dos países acordaron normalizar sus relaciones el pasado mes de febrero.
(News 24, 14-07-10)
