Este lunes un grupo de derechos humanos alegó que exmilitantes rebeldes fueron reclutados por el gobierno de la República Democrática del Congo para una sangrienta represión contras las protestas contra el presidente, Joseph Kabila, que dejó decenas de personas muertas el año pasado.
Human Rights Watch informó que el régimen del presidente Kabila había reclutado combatientes previamente activos en el grupo rebelde M23 de Uganda y Ruanda para reprimir las manifestaciones de diciembre de 2016, que estallaron cuando se negó a dimitir al final de su mandato en el poder.
Las acusaciones del grupo se produjeron cuando el país enfrenta un nuevo estallido de violencia después de que Kabila retrasara una nueva votación muy demorada hasta diciembre de 2018, y la oposición exigió que el veterano líder renuncie antes.
«Oficiales superiores de las fuerzas de seguridad en la República Democrática del Congo movilizaron a más de 200 excombatientes rebeldes del M23 de países vecinos para sofocar las protestas contra el presidente Joseph Kabila en diciembre de 2016», denunció HRW en un informe.
Informó que las fuerzas de seguridad congoleñas que actúan con combatientes del M23 mataron al menos a 62 personas y arrestaron a cientos más mientras las protestas barrían el vasto país africano entre el 19 y el 22 de diciembre de 2016.
M23, un grupo rebelde tutsi mayoritariamente étnico, fue derrotado en noviembre de 2013 a manos de las fuerzas congoleñas y de la ONU. Cientos de combatientes huyeron del país, pero funcionarios y residentes en la región oriental de Kivu dijeron que habían visto regresar a los milicianos.
Las provincias orientales ricas en recursos del Congo han sufrido años de conflicto brutal, con estados vecinos que respaldan a grupos rebeldes en una guerra civil contra la autoridad de Kinshasa, y milicias armadas itinerantes que provocan la huida masiva de civiles aterrorizados.
HRW declaró que su investigación se basó en más de 120 entrevistas y que durante las protestas, «combatientes M23 patrullaron las calles de las principales ciudades del Congo, disparando o arrestando a manifestantes o a cualquier otra persona que se considerase una amenaza para el presidente».
«Las operaciones encubiertas para reclutar combatientes de un grupo armado abusivo para reprimir cualquier resistencia muestran hasta qué punto el presidente Kabila y su camarilla están dispuestos a ir para mantenerse en el poder», alegó Ida Sawyer, directora de la organización para África Central. «Los funcionarios congoleños deben poner fin al uso ilegal de la fuerza contra los manifestantes y permitir actividades políticas pacíficas de los activistas y la oposición política».
Las fuerzas opositoras están exigiendo que Kabila, quien asumió el cargo después de que su padre Laurent fuera asesinado en 2001, renuncie el 31 de diciembre.
Fuente: Modern Ghana
[Traducción, Muriel Balda Aspiazu]
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