La relación entre los nuevos grupos de jóvenes activistas africanos y los Estados Unidos

4/05/2015 | Opinión

Anterior a las elecciones en Senegal, donde el expresidente Abdoulaye Wade quiso mantenerse en el poder, nació un movimiento ciudadano llamado “Y’en a marre” (Ya estamos hartos). El mismo modelo ha sido reproducido en Burkina Faso bajo el nombre de “Le balai citoyen” (La escoba ciudadana), y en la República Democrática del Congo con los grupos “Lusha” y “Filimbi”.

Nacidos de una nueva imagen de la lucha de la juventud africana para una verdadera democracia, estos movimientos no logran engañar a los agentes políticos. Sólo hace falta cuestionar la financiación de los activistas, que parecen teledirigidos por Occidente para que parezcan una “generación espontánea”.

Los recientes acontecimientos del Congo demuestran que la reunión-debate entre los movimientos “Y’en a Marre”, “Filimbi” Y “Balai Citoyen” en Kinshasa, donde los jóvenes activistas han sido arrestados y encarcelados, ha sido el resultado de la organización y de la financiación de USAID (Agencia estadounidense para el Desarrollo Internacional). Ahora, es bien sabido que todas estas organizaciones son los brazos armados de Estados Unidos, que sirven a su diplomacia hegemónica dirigida hacia los países generalmente pobres.

Lograr por otros medios más “finos” los objetivos que la CIA ha intentado por la sangre, mediante la desaprobación o el deshonor, ha sido el hilo conductor para crear esta red de organizaciones. El hombre que maneja esta orquesta de sistemas al servicio del poder estadounidense es el financiero y filósofo Georges Soros.

Las sospechas del dominio de Soros sobre estos jóvenes activistas africanos se han confirmado por la publicación en las redes sociales de una foto explícita, que muestra el lazo entre el movimiento senegalés «Y’en a Marre» y la CIA. Una imagen que habla por sí misma: Soros, llevando una camiseta estampada con el logo del movimiento «Y’en a Marre», enseñando el Evangelio a sus nuevos discípulos.

En el caso de la República Democrática del Congo, un país capital para la política geoestratégica americana, el embajador de los Estados Unidos en Kinshasa no dudó en reivindicar la paternidad de la reunión de los activistas por medio de la USAID. Esto ha despertado la ira del gobierno congoleño, según se ha expresado a través de su ministro de Comunicaciones Lambert Mende.

Esta imagen, más allá de revelar la verdadera naturaleza de los movimientos juveniles, enseña un secreto a voces. Estos hechos desacreditan a estos movimientos financiados por los Estados Unidos, aunque la pregunta sobre la calidad de la democracia surge dentro de estos países donde han prosperado los movimientos. ¿Qué se está haciendo para plantar la semilla de George Soros en las tierras menos fértiles?

Kerwin Mayizo / Roger Musandji

NetAfrique.com – [Fundación Sur]

Traducción de Iris Pugnaire Sáez

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