La R.D.Congo, el Rey Herodes y el Príncipe de la Paz, por Ushindi

20/12/2016 | Bitácora africana

La Navidad se acerca. En mi familia, siempre se pone el Belén el 8 de diciembre, y no se ha roto la tradición. Ayer, en las primeras vísperas de la Inmaculada, mis hermanos me mandaron por whatsapp las fotos de mis sobrinos montando el belén, el árbol… Además del belén “oficial”, los niños tienen un belén más de “andar por casa”, con figuras de plástico “a prueba de bomba” y donde no faltan los soldados romanos ni los Reyes Magos con sus capas y sus súper-poderes. En su día, mi abuela ponía trocitos de algodón y a nosotros nos parecía nieve de la más auténtica. La pista que me ha lanzado a escribir este post vino de uno de mis sobrinos pequeños. Mientras jugaba con las figuritas (les fascina todo eso del palacio de Herodes, los soldados…) su madre le oía hacer comentarios, entre los cuales destacó éste: “Dios no le podía dar a Jesús el trono de Herodes, porque Jesús es el Príncipe de la paz”.

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Con razón dice la Palabra de Dios que, de la boca de los niños, el Señor ha sacado su alabanza. Un niño montando un belén y jugando con sus figuras, confiesa una gran verdad: que Jesús es el Príncipe de la Paz y que no podía – no puede, recibir el trono de Herodes.

La República Democrática del Congo está en un momento muy difícil. Desde su independencia, nuestro país ha vivido varios conflictos muy dolorosos. Hay una guerra de desangra al Este, por los “minerales de sangre”. Hace poco, un prestigioso diario británico aludía a la R.D. Congo como la “capital mundial de la violación”. Hay instalada una especie de “estable inestabilidad”. Por ejemplo, con hechos como el asesinato de Floribert Chebeya (de “La Voz de los Sin Voz”) en 2010. O como sucedió en las elecciones de 2011… en nuestro pequeño poblado, se compraban los votos puerta a puerta por 3 dólares y se engañó a la gente a pie de urna. Tampoco tuvimos elecciones provinciales como deberíamos haber tenido.

Entre el 19 y el 20 de septiembre hubo unas manifestaciones en Kinshasa que se saldaron con decenas de muertos, muchos heridos y cientos de detenidos. El motivo es que el 19 de diciembre se cumple el mandato del Presidente que, según la Constitución elegida por la gran mayoría de la población, no puede ir a un tercer mandato (ya lleva 15 años en el poder). Constitución que, en su día, fue votada por un 85% de la población y que, sin duda, es un elemento clave de cohesión en un país enorme y con una inmensa variedad de tribus y lenguas, en una “república democrática” aún muy reciente y frágil. Tras varias reuniones y acuerdos en los que muchas voces no estuvieron representadas, la síntesis es que el Gobierno anunció las elecciones para abril 2018, algo en que no está de acuerdo ni la Oposición ni la inmensa mayoría de la población. Porque a muchos países vecinos que participaron en la cumbre de finales de octubre de Angola les interesa que el “gigante africano” que es la R.D. Congo siga en desequilibrio. El Presidente no deja claro que no irá a un tercer mandato. Y se percibe en el horizonte un posible intento de cambio de la Constitución (cosa que ya se quiso hacer sin éxito). En los últimos tiempos, y particularmente desde septiembre, la tensión social y política ha ido en aumento. Los movimientos sociales y populares alzan su voz una y otra vez, como pueden y en la medida en que se les permite. Importantes opositores han hablado en el pasado mes de noviembre en el Congreso de Estados Unidos y a éste y a la Unión Europea se les han pedido que den fuertes sanciones. El reciente informe de Human Rights Watch ha sido otro termómetro. Se han sucedido las detenciones, las desapariciones, los atentados a la libertad de expresión… Debido a la inestabilidad, no paran de subir los precios de los alimentos básicos, muchos niños no han podido inscribirse en la escuela este año y la inmensa mayoría de la población vive una miseria insoportable. Hay mucha desconfianza por parte de otros países, lo que hace que numerosas embajadas hayan pedido a los extranjeros abandonar el país antes del 19 de diciembre o, en caso de imposibilidad, tomar todas las precauciones posibles. La CENCO (Conferencia de los Obispos del Congo) es ahora el último bastión para la paz. Está llevando a cabo una encomiable negociación con todas las partes implicadas para que el país no se suma en el caos cuando llegue la fecha indicada. Sabe que no puede renunciar a lo innegociable, pero está buscando una salida pacífica al conflicto. Seguimos esperando la paz y creyendo en ella. La paz es aún posible.

Ayer, en la oración de la mañana, un niño leyó un poema: “la paloma aún no ha fracasado en su vuelo (…)”. Cuando la escuché, sentí que lo primero es EMPEZAR POR LA PAZ EN EL PROPIO CORAZÓN.

Renunciar a toda voluntad de dominación y poder.

No aprovecharse de nada para ejercer dominio sobre los otros.

No buscar salvarse a sí mism@.

No devolver mal por mal ni insulto por insulto.

Perdonar siempre.

Trabajar por la paz.

Vivir pacificando, como Jesús.

Sin dejar que la lucha por la justicia nos vuelva agresivos.

Sin ceder al dolor de las heridas que nos hacen defendernos.

Sin permitir que el clamor de la Tierra nos quite una mirada de ternura.

Sin que las dificultades nos endurezcan el corazón.

Elegir siempre lo que nos acerca al otro.

Descubrir la belleza de cada instante, único.

Esperar contra toda esperanza.

Anclarnos en la verdadera alegría.

Y permanecer, simplemente, amando.

… SIN BUSCAR LOS TRONOS DE HERODES (cada uno sabe los suyos), PORQUE JESÚS ES EL PRINCIPE DE LA PAZ.

P.D. A pesar de mis cuarenta años, en cada Adviento sigo echando de menos esos calendarios en los que, cuando abres la ventanita, sale un dibujo o una pastillita de chocolate… ¡je, je, je! Me siguen gustando los cuentos de hadas (ahora me estoy leyendo la colección completa de George MacDonald) y disfruto de vivir rodeada de niños… Esta tarde, por ejemplo, hemos disfrutado pintando en la escuela felicitaciones de Navidad.

Original en : Ushindi

Autor

  • Ushindi (Victoria)

    Djambo yenu! Me llamo Victoria (“ushindi” es mi nombre en suahili.) Soy misionera de la Congregación Pureza de María. Desde 2009 vivo en Kanzenze, un poblado situado en la provincia de Katanga, al sur de la República Democrática del Congo. Allí, nos ocupamos de un Hospital General de Referencia, una Escuela Primaria de niñas llamada Mikuba, (“cobre”) una escuela secundaria mixta llamada Uzima (“vida”), un internado de chicas llamado Mère Alberta (es el nombre de nuestra fundadora) y uno de chicos, que también se llama Uzima. Yo me ocupo de la dirección de la escuela secundaria, de dar clase, de la gestión de proyectos de cooperación y… ¡un “mix” de todo!

    Entre mis aficiones destacan la lectura, la escritura, el dibujo y la pintura, la apicultura, la agricultura…

    Africa is my place in the world!

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