La población de Karamoja, Uganda, sufre el saqueo violento de sus tierras por los ricos yacimientos de uranio, oro, petróleo y mármol, por Lázaro Bustince

29/04/2022 | Bitácora africana

Los pueblos de Karamoja, en el noreste de Uganda, son los más empobrecidos de todo el país, por las tierras áridas que habitan y debido, sobre todo, a la marginación sistemática de esta región por el gobierno central desde la independencia en 1962.

En el 2011, un censo gubernamental encontró que el 55 % de los niños de Karamoja no pueden desarrollarse plenamente a causa de la desnutrición y son más débiles frente a las enfermedades. La mayoría de las familias pasan dos o tres días sin probar bocado. Al menos dos tercios de los niños están desnutridos.

Se han descubierto recientemente en Karamoja grandes yacimientos de numerosos minerales, sobre todo: oro, mármol, petróleo y cantidades comerciales de uranio. A pesar de la abundancia de estos recursos, con las licencias de explotación en unas pocas manos y un Estado despreocupado por mediar en los conflictos sociales y económicos, el pueblo se queda privado de los beneficios y, además, está ya perdiendo injustamente sus tierras en favor de las empresas explotadoras y de los gobiernos cómplices. Semejantes atropellos de todos los derechos humanos, a causa del saqueo de las tierras, los hemos vivido en Uganda en repetidas ocasiones.

uganda_mapa_protectorado_britanico_provincias_1926_cc0.pngUganda se dispone a explotar unos 2.000 millones de barriles de petróleo descubiertos cerca de su frontera occidental, mientras que tramita también licencias a empresas extranjeras para explotar sobre todo las minas de uranio, en Karamoja, desplazando por la fuerza a cientos de familias.

Las riquezas minerales ugandesas deberían aprovecharse para crear empleos y combatir la pobreza, dijo a IPS el director ejecutivo del Instituto de África para la Gobernanza Energética, Dickens Kamugisha:

Los ingresos de esa rica base de recursos tienen potencial para transformar nuestra economía. Se podría así redoblar la lucha contra la pobreza y las enfermedades y mejorar los servicios sociales para todos los ugandeses”.

El ministro de Desarrollo Minero, Peter Lokeris, admitió que “el gobierno aún no cuenta con la capacidad necesaria para explotar en forma provechosa la minería, el petróleo y el gas”. Pero está claro que cuenta con la capacidad de explotar la minería para beneficio de unos pocos ejecutivos, oprimiendo a la población de dichas regiones.

Níger tiene uno de los mayores depósitos de uranio del mundo y ocupa el quinto puesto como productor mundial de este mineral para la generación de energía nuclear.

En 2019, Canadá disponía de 275.000 toneladas métricas de uranio, lo que lo convierte en el segundo país con mayores reservas de este combustible nuclear. Le siguen Sudáfrica y Brasil con reversas mayores a las 150.000 toneladas.

En el mundo hay minas de uranio en distintos continentes que suministran el combustible necesario para los 435 reactores nucleares en funcionamiento y los más de 70 reactores en construcción.

Las minas de uranio se encuentran en una veintena de países y la mayor producción de uranio se concentra en 10 minas principales, que suministran cerca del 55 % de la producción mundial, que representa unas 30.000 toneladas de uranio (tU). Las diez principales minas se concentran en 6 países: Canadá, Australia, Namibia, Rusia, Níger, Malí y, ahora, República democrática del Congo (RDC) y Uganda.

El material nuclear circula sin control en el corazón de África. Las instalaciones atómicas de la RDC carecen de las mínimas medidas de seguridad. Algunas compañías extranjeras exportan uranio ilegalmente.

Contrabando nuclear, contaminación radiactiva, exportación ilegal de uranio y una total inseguridad en las instalaciones atómicas en una selva de turbios intereses políticos y económicos donde el soborno es la única ley. Así es el panorama que describen numerosos despachos de varias embajadas de Estados Unidos (EE.UU.) en el corazón de África sobre el tráfico de material nuclear en una zona del mundo azotada por la guerra, la enfermedad y la codicia de los extranjeros por sus recursos naturales.

Según Reuters.com, el ejército de Uganda mató al menos a 309 personas en una operación contra el robo de ganado, en una región del noreste rica en minerales como oro, piedra caliza y, potencialmente, petróleo y uranio. Las mujeres de la ciudad de Kaabong, región de Karamoja, llevan actualmente sus pertenencias fuera de la ciudad, buscando mayor seguridad.

La rivalidad y la competencia por las tierras de pastoreo y los puntos de agua para los animales, así como las incursiones por el ganado, y ahora por la explotación de uranio, han aumentado la violencia entre las diferentes comunidades de Karamoja.

En 2020, Uganda comenzó a realizar un estudio de minerales y un ejercicio de mapeo en Karamoja, pues se cree que contiene importantes reservas de oro, cobre, piedra caliza, petróleo, uranio y otros minerales.

“Human Rights Watch” publica en su informe que el gobierno de Uganda ha torturado a cientos de críticos, manifestantes pacíficos, simpatizantes de la oposición y a las familias que ocupaban las regiones elegidas para explotación de los minerales. Este saqueo violento de las tierras y de los minerales se realiza con evidente complicidad, secretismo, sin ninguna compensación y con total impunidad. Nuestros gobiernos europeos y sus empresas están también muy implicados en esta nueva esclavitud que imponemos sobre los pueblos africanos, aunque hablemos de derechos humanos y de proyectos progresistas.

Lázaro Bustince Sola

[CIDAF-UCM]

Autor

  • Bustince Sola, Lázaro

    Nacido en Izco (Navarra), en 1942, estudió filosofía en Pamplona (1961-1964). Hizo el noviciado en Gap – Grenoble (1964-1965), con los Misioneros de África (Padres Blancos). Estudió Teología en el instituto M.I.L. de Londres, (1965-1969), siendo ordenado sacerdote en Logroño, en los Padres Blancos en 1969.

    Comenzó su actividad misionera en África en 1969, siendo enviado a la diócesis de Hoima en Uganda, donde estuvo trabajando en la educación, desarrollo y formación de líderes durante nueve años. Luego vivió un periodo de trece años en diversas ciudades europeas, trabajando en la educación y capacitación de los jóvenes (Barcelona 1979-1983)) , en Irlanda como responsable de la formación de los candidatos polacos (1983-1985), y en Polonia donde fue Rector del Primer Ciclo de Filosofía Polaco (1985-1991), y se doctoró en Teología espiritual en Lublin, donde fue nombrado profesor de la misma Universidad Católica de Lublin (KUL), de dicha ciudad, en 1991.

    Regresó a Uganda en 1992, y fue elegido Provincial de los padres Blancos de Uganda hasta 1999. Durante este periodo, fue también presidente de la Asociación de Religiosas-os en Uganda (ARU), y pionero en la construcción del Centro Nacional de Formación Continua (USFC). Además inició la Comisión de Justicia, Paz e Integridad de la Creación (JPIC) en 1994, trabajando en la formación de líderes en JPIC.

    En 2000 y 2004 cursó estudios sobre educación en Justicia, Paz, y Transformación de Conflictos, en Dublín. Desde su regreso a Uganda, fue pionero en la capacitación de agentes sociales en JPIC, y en el establecimiento del primer Consorcio de Educación Ética (JPIIJPC), lanzado por seis Congregaciones Misioneras, en 2006. Desde el inicio, y hasta junio 2011, ostentó el cargo de primer Director del Instituto. Al mismo tiempo fue profesor invitado de Ética en la Universidad de los Mártires de Uganda (UMU).

    En septiembre de 2011 fue nombrado director general de África Fundación Sur (AFS), organismo que dejó de existir en 2021. En la actualidad sigue trabajando por África al 100 % siendo, entre otras ocupaciones, editorialista en el CIDAF-UCM.

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