La pesca ilegal de embarcaciones extranjeras frente a las costas somalíes amenaza la economía de las comunidades pesqueras y podría alimentar el regreso de la piratería, según se afirma en un informe que presentó hoy la ONG estadounidense One Earth Future Foundation, titulado «Secure Fisheries».
En el documento se indica que el pico de la piratería en Somalía se alcanzó en 2011, cuando nada menos que 28 barcos y 700 personas fueron secuestradas, pero desde entonces ha disminuido considerablemente, gracias a las patrullas marítimas y al uso de guardias armados en los barcos.
Sin embargo, en el estudio se indica que «estos logros podrían perderse rápidamente si la pesca ilegal que hace padecer hambre a las pobres comunidades pesqueras no es contrarrestada con eficacia». La situación, según los expertos, ha vuelto a ser lo que era antes de que el fenómeno se manifestara, lo que plantea el riesgo de que se reactive el mismo círculo vicioso de los últimos años.
Los buques extranjeros de pesca que operan en aguas somalíes sin permiso llevan un promedio de tres veces más personal que los de los pescadores somalíes. Gracias a las imágenes satelitales y a estudios de campo, se estima que capturan aproximadamente 132.000 toneladas de pescado al año, mientras que los somalíes sólo obtienen 40.000 toneladas.
«Económicamente, y desde el punto de vista pesquero, las aguas somalíes son sometidas a ritmos de pesca insostenibles» se afirma en el informe, en el que también se advierte que los buques extranjeros están depredando los recursos de vida silvestre del país e «impidiendo que los somalíes se beneficien de la riqueza de sus aguas marinas»