Un contrato de más de 300 millones de dólares de la MINUSMA, esa otra guerra en Malí, desata el zafarrancho de combates entre empresas francesas y americanas… los malienses, excluidos automáticamente.
La guerra, como todos sabemos, es también y sobre todo, un gran negocio. Si la que se lleva a cabo sobre el terreno en Malí está en situación de conocer el desenlace, otra, esta económica, se abre ya entre americanos y franceses. Hay riesgo de que entren también otros intervinientes.
Según la resolución de la ONU, se van a desplegar 12.000 cascos azules de su misión, MINUSMA, en Malí a partir del próximo mes de julio. A estos, se unirán directamente otro millar de soldados franceses, bajo el mandato de la organización onusina.
Es el apoyo logístico, que comprende el transporte, la comunicación, la alimentación, el alojamiento y la atención médica destinada a estas tropas lo que despierta la codicia de empresas francesas y americanas. El monto aproximado para estas diferentes prestaciones de servicios se acerca a los 300 millones de dólares.
En la lista, encontramos a la sociedad americana P.A.E controlada por Lindsay Goldberg, la cual a partir de ahora ofrecerá el apoyo a la MONUSCO en la RDC. La misma empresa trabaja ahora a cuenta de la MISMA (Fuerza del Oeste Africano en Malí) en asociación con Global Sourcing & Supply, GSS, otra sociedad americana.
Frente a estos gigantes, los franceses preparan ya un repuesto. Muchas empresas que se constituyen en Holding pretenden, hacer frente a la hegemonía americana. Se trata de los grupos Sodexo, Bolloré y Global X, entre otros.
Los franceses confían en el apoyo político y militar de François Hollande para conseguir el contrato. No se excluye que haya otros países occidentales que intervienen en Malí, que también intenten conseguir este mismo contrato.
Las grandes ausentes son, evidentemente, las empresas africanas y las malienses en particular. Es cierto que en el estado actual de las cosas, ningún maliense está en condiciones de hacer frente a estos mastodontes, eso es así tanto en términos de experiencia como en términos del estado de deterioro de nuestra economía.
Después de haber hecho la guerra en nuestro lugar, estos son los que recolectan los dividendos en nuestro lugar. Pero, entre nosotros ¿acaso es esto justo?
B.S. Diarra
(Mali Jet, 25-06-13)