El despliegue del ejército en las áreas sacudidas por los ataques xenófobos se ha producido tarde, según declararon los partidos de la oposición, después de que el Presidente Thabo Mbeki diese su consentimiento para que entrasen en acción las Fuerzas de Defensa de Suráfrica, a petición de la policía, que había solicitado la ayuda del ejército una semana antes, el día 14 de mayo, para detener la violencia.
La policía asegura que 42 personas han sido asesinadas en Johannesburgo y se han producido más de 16.000 desplazados.
El despliegue del ejército ha sido el reconocimiento por parte de Mbeki de que existe un estado de emergencia en el país, y un reflejo de la incapacidad de la policía para contener la situación. “La tozudez de Mbeki y el Gobierno para reconocer un problema de xenofobia durante años ha dado como resultado esta situación que ahora se les ha ido de las manos”, asegura el líder de la organización Freedom Front Plus, Pieter Mulder.
El Ministro de Defensa ha declarado que el ejército permanecerá en las zonas afectadas “hasta que sean cubiertas todas las necesidades”.
Más de 3.000 mozambiqueños han huido de la violencia anti inmigrantes en Suráfrica, y han vuelto a su país, según los medios de comunicación de Mozambique.
Mientras tanto, Suráfrica se enfrenta a un sombrío futuro, si no es capaz de controlar la xenofobia, según el Juez Supremo, Pius Langa. “Hay ciertos actos que amenazan con negar ciertos avances que hemos alcanzado como nación, como un país que venció el apartheid”, añadió.
El juez además señaló que es igualmente esencial hacer que desciendan los inaceptablemente altos niveles de criminalidad. Así como enseñar a los jóvenes la importancia de respetar la ley, una responsabilidad que recae en toda la comunidad.
(Mail & Guardian, Suráfrica, 22-05-08)