La ONU reconoce el heroísmo del Capitán Diagne durante el genocidio de Ruanda veinte años después

13/05/2014 | Bitácora africana

Cuando se cumple el 20 aniversario del genocidio de Ruanda, que costó la vida a cerca de un millón de tutsis (y hutus moderados), el Consejo de Seguridad de la ONU ha decidido reconocer el coraje del Capitán senegalés Mbaye Diagne, creando una medalla en su honor. Diagne salvó a cientos de ruandeses en 1994 ocultándolos en su vehículo para traspasar puestos de control y perdió la vida al ser alcanzado por un obús. Dos décadas después, la ONU reconoce su heroísmo.

Diagne, miembro de la Misión de la ONU para Ruanda (UNAMIR), perdió la vida en ese fatídico año 1994, en pleno genocidio ruandés, uno de los episodios más atroces y vergonzosos de la historia reciente. Una medalla en su nombre, establecida por el Consejo de Seguridad de la ONU por unanimidad y recogida en la Resolución 2154, reconoce con profunda admiración cómo el Capitán Diagne, desarmado y enfrentándose a peligro extremo, salvó a cientos y quizás a miles de ruandeses de la muerte mediante numerosas misiones de rescate en las que puso en riesgo su propia vida.

Aunque las reglas de la ONU prohibían a los observadores militares realizar misiones para salvar vidas civiles, Diagne atravesó numerosos controles de las fuerzas hutus escondiendo en su vehículo desarmado a tutsis y hutus moderados. El 31 de mayo de 1994, cuando regresaba solo al cuartel de la ONU en Kigali, su jeep fue alcanzado por un obús de mortero lanzado por las fuerzas del Frente Patriótico Ruandés provocándole la muerte en el acto.

Coraje excepcional

Este reconocimiento a su persona servirá también para reconocer el valor de otros militares, policías y civiles que trabajen en misiones de la ONU o personal asociado que “demuestren un coraje excepcional para enfrentarse a un peligro extremo”, recoge la web allafrica.com. Al mismo tiempo, el Consejo de Seguridad admite, con profundo pesar, la falta de reconocimiento que ha recibido la familia del capitán durante todos estos años, pese a su enorme sacrificio.

El representante permanente de la ONU en Ruanda, Eugène-Richard Gasana, describe a Diagne como “un héroe que rehusó ser un espectador del diablo”. “Actuó como un mantenedor de la paz (peacekeeper), un soldado y un ser humano armado sólo con el coraje y el sentido de la responsabilidad”, añadió.

El galardón viene a recordar lo que un miembro de las fuerzas de mantenimiento de la paz debería ser: un hombre o una mujer dedicado a preservar la paz, salvar vidas y proteger a los más vulnerables, apostilló Gasana. Así, la medalla supone un recordatorio de aquellos actos desinteresados e históricos cometidos por gente ordinaria, cuyos nombres no pueden ser registrados en las páginas de la historia aún cuando sus hechos sean de verdad grandes, afirmó.

Claroscuros en la historia de los Cascos Azules

A lo largo de la historia, la actuación de los Cascos Azules no siempre ha estado marcada por los honores. Precisamente en 1994 en Ruanda, los Cascos Azules fueron acusados de abandonar a los tutsis a manos de los hutus que buscaban su exterminio. En Haití, en 2007, un centenar de miembros de las fuerzas de paz de la ONU fue acusado de abuso y explotación sexual de la población, tras lo cual fueron sustituidos íntegramente por Cascos Azules mujeres.

No obstante, la labor de las fuerzas de paz de la ONU también ha sido digna de elogio, lo que le ha valido premios como el Nobel de la Paz en 1988 por su participación en numerosos conflictos desde 1956 o el Príncipe de Asturias de Cooperación Internacional en 1993 concedido a los Cascos Azules destacados en la antigua Yugoslavia.

Original en: Tierra mojada

Autor

  • Gilabert, María

    Licenciada en Periodismo y Master en Relaciones Internacionales y Comunicación por la Universidad Complutense de Madrid. Autora del blog "Tierra mojada", jefa de prensa de la Subdelegación del Gobierno en Alicante, responsable de comunicación y sensibilización de Medicus Mundi Comunidad Valenciana/Alicante, redactora de Canal Solidario, redactora del diario La Prensa, técnico de educación para el desarrollo del Centro de Investigación para la Paz.

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