El enfrentamiento entre Samthing Soweto y DJ Maphorisa por el crédito de una canción plantea la cuestión de si triunfan los números sobre el respeto en la escena musical de Amapiano*.
En una reciente pelea de poder, el cantautor sudafricano Samthing Soweto recurrió a Twitter (ahora X) para ponerse de acuerdo con el productor musical DJ Maphorisa sobre el lanzamiento de Amalanga Awafani. Si bien el sencillo de Kabza De Small cuenta con la voz de Soweto, inicialmente solo Mas Musiq, Lawd Weezy y DJ Maphorisa fueron acreditados como artistas destacados. El nombre de Samthing Soweto apareció más tarde en el disco tras el furor de fanáticos. En una declaración realizada en Instagram Live, DJ Maphorisa respondió diciendo que cuando Samthing Soweto detuvo el lanzamiento del single, después de que ya se hubiera retrasado, debido a una negociación por el máster de la canción, Maphorisa procedió a lanzarlo a través del sello discográfico de Mas Musiq, en lugar del suyo, para evitar más sabotajes. Por supuesto, el momento es importante en un género con potencial ilimitado, pero ¿debería venir a costa de la cortesía?
La omisión fue, sin duda, egoísta, a pesar del intento del productor de legitimarla. Un vocalista destacado, que ha pagado por poseer los másteres, tiene la prerrogativa de negociar sus términos para el lanzamiento de un proyecto. El hecho de que estos dos experimentados empresarios no pudieran llegar a una resolución amistosa en sus numerosas reuniones plantea la pregunta: ¿Hasta qué punto genera un comportamiento egoísta una industria que prospera gracias a la colaboración? Para aclarar qué factores podrían influir en el recelo de un vocalista sobre una fecha de lanzamiento, consulté a Jackie Queens, la fundadora del sello discográfico Bae Electronica, quien dijo: “Pueden pasar muchas cosas durante el tiempo en que se graba y se lanza una canción. El vocalista puede haber reconsiderado su participación, puede no estar satisfecho con la dirección creativa de la versión final o puede enfrentar conflictos de programación con otros proyectos. Estos enfatizan la importancia de la comunicación abierta y de obtener el acuerdo de todas las partes antes de proceder con cualquier lanzamiento”.
Cabe destacar que en su declaración, DJ Maphorisa menosprecia las experiencias que han dado forma al arte de Samthing Soweto, en particular el tiempo que pasó en una prisión juvenil en su juventud, sugiriendo que su participación en el conflicto probablemente se deba a una patología criminal. Aconseja a Samthing Soweto que sea más humilde y enumera una lista de vocalistas amapianos que, en su opinión, han tomado su sonido y han superado su éxito porque es más fácil trabajar con ellos. Pero aquí está la cuestión: el particular estilo vocal de Samthing Soweto proviene de iGwijo, un diálogo musical tradicional caracterizado por armonías conmovedoras cantadas en una estructura de llamada y respuesta. Está bien documentado que el cantante autodidacta adoptó el sugestivo sonido durante su estancia entre rejas y luego, dotado del sutil timbre jazzero, lo presentó al público en su paso por The Soil y más tarde por The Fridge. Amalanga Awafani es originalmente iGwijo.
DJ Maphorisa también contó sus contribuciones a la cultura popular sudafricana, comentando sobre su participación en el video revelación de Uncle Waffles como productor de «Adiwele», una de las pistas que formaron parte de la actuación con gran éxito de Waffles. Sin embargo, la viralidad de ese clip fue debida principalmente por la persona de Uncle Waffles. Es por eso que, aunque el éxito ha aparecido en muchos más videos, todavía hay una sola Uncle Waffles. Su exitosa actuación– cómo movía su cuerpo, cómo balanceaba a la multitud y los cánticos, personificó la esencia electrizante de la cultura groove sudafricana. La pista tuvo suerte de estar incluida.
Esto no es para restarle importancia a cómo DJ Maphorisa ha transformado la escena de la música dance sudafricana. En nuestra conversación, Jackie Queens contextualiza su legado, diciendo: «Maphorisa ha tenido un impacto significativo en la industria, ha ampliado los caminos para los artistas y ha transformado la forma en que la música sudafricana llega al público global. Su influencia ha creado puentes y oportunidades, su apoyo tiene un peso considerable y creo que su enfoque a la colaboración ofrece algunas lecciones valiosas”. Pero, al igual que yo, ella cuestiona los valores tradicionales de censor que exhibe a veces.
La cautivadora naturaleza de la cultura groove sudafricana y de géneros como el amapiano tiene sus raíces en los elementos tomados de prácticas curativas sagradas. Por ejemplo, el flujo de llamada y respuesta de la expresión creativa y el enfático intercambio entre bailarines y cantores en la pista de baile recuerda al imixhentso y al intlombe a los que he asistido en Transkei, donde un ritmo de tambor o canto vocal (ukombela), un silbato hecho de caña (ingcongolo) y las palmas llevan el ritmo que guía el baile (umxhentso). Dependiendo de la ocasión, se puede realizar para intensificar la conexión espiritual o establecer la cohesión y el equilibrio social. La forma en que aparecen como enigmáticos adornos de creatividad facilita una conexión íntima entre los artistas y el público local que se preocupa por conservar esa elegancia.
La perspicacia de DJ Maphorisa lo coloca en un lugar central en la industria musical sudafricana, donde puede ser el conducto que acelere la viabilidad comercial de estos productos culturales. Esto está evidenciado por el papel que ha desempeñado en el afropop, el afrohouse, el gqom y ahora el amapiano. Pero es desconcertante que un creador de éxitos que ha ganado mucho dinero con temas como «Abuyile Amakhosi», con King Tha y Busiswa, carezca de la profundidad de campo necesaria para percibir plenamente el talento de un artista cuando entra en conflicto con sus intereses. Es estrecho de miras suponer, como lo hace DJ Maphorisa en su declaración, que la guía ancestral de Samthing Soweto le sirvió solamente para llevarlo hasta el estudio y no para guiarlo a través de las experiencias que lo inspiraron a encontrar su voz.
Si bien Sudáfrica ha producido muchos íconos internacionales a lo largo de las épocas, el fenómeno global del amapiano es la primera vez que una cohorte de artistas es venerada internacionalmente como lo es a nivel local. Esto se debe a que, en su esencia, el género escapa a los marcos establecidos por los filtros tradicionales. El amapiano inicialmente causó revuelo a nivel nacional como un género que se promocionaba en WhatsApp. Se grabaría una canción en un estudio casero y luego sería rápidamente compartida en la aplicación; se convertiría en éxito en la escena de fiestas con movimientos para coincidir para el fin de semana, asegurando las contrataciones de los artistas. La viralidad de la música sobre plataformas como Twitter, TikTok e Instagram Live sigue un flujo similar, pero con un alcance mundial. Eludiendo el control corporativo que homogeneiza a los artistas y permite que los creativos prosperen al tiempo que conservan la autenticidad que los hace amados por los sudafricanos.
Sin embargo, Jackie Queens señala que este nuevo amanecer no está exento de dificultades: “Han surgido nuevas formas de control a través de curadores de listas de reproducción, algoritmos y plataformas de redes sociales”, dice. “Las dinámicas de poder han sido redistribuidas… los censores históricos de la industria pueden no tener el mismo control absoluto que antes, pero mantienen una influencia significativa a través de recursos, redes y conocimiento de la industria”.
Amapiano ha aportado un aire de sofisticación a cómo interactuamos con la cultura y el arte en la diáspora. Músicos de diversos orígenes logrando éxitos tomando elementos de herencia e historias personales aumentan la curiosidad que sentimos por las historias que nos hacen únicos. Incluso los VMAs saben ahora la diferencia entre amapiano y afrobeats. Sería una vergüenza si la nueva forma predominante de control de acceso perpetuara las actitudes de autoengrandecimiento que generaban un desorden inculto y estandarizado y satisfacían la hegemonía.
Fuente: Africa is a Country
* Subgénero de la música house que se originó en Sudáfrica a mediados de la década de 2010. (Fuente: Wikimedia)
[Traducción, Jesús Esteibarlanda]
[CIDAF-UCM]
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