La historia de Jim Crow

15/04/2015 | Crónicas y reportajes

A través de este canal informativo, Thougt Provoking Perspectives, vengo publicando sobre temas relacionados con la Diáspora Africana en América. Lo hago con la intención de potenciar a los que, o bien no conocen nuestra historia, o la han olvidado. Mi objetivo es muy simple: yo creo que nuestra historia es la historia de América y es «La historia más grande jamás contada», aunque gran parte de ella se haya borrado, y la mayoría de los hechos se oculten.

jim_crow_1.jpg Y así es por ejemplo, que la mayoría de la gente no sabe quién era Jim Crow, o cómo este nombre se convirtió en sinónimo de racismo, muy similar al Apartheid. Yo creía firmemente que habíamos enterrado a Jim Crow, pero me he dado cuenta que no. Él está vivito y coleando, viviendo a través de su hijo, James E. Crow, Esq., ¡y eso es lo que tenemos hoy en día! Si Ud. sigue la actualidad política de hoy, le conoce y le conoce bien. Sólo con escuchar la versión renovada del Consejo de Ciudadanía representada por los republicanos y los representantes del Tea Party, verá que una versión del Apartheid también se encuentra representada en los Estados Unidos. Lo siento, estoy divagando…

Dejénme explicar lo que el término “Jim Crow” significa para aquellos que no lo saben. El término se originó en una canción interpretada por Daddy Rice, un cantautor blanco de 1830. Rice se cubría la cara con pasta de carbón, o corcho quemado, para parecerse a un hombre negro, cantando y bailando como si se tratara de la caricatura de un ingenuo hombre negro. Por la década de 1850, este personaje con la cara pintada de negro se había convertido cruelmente en una de las imágenes más despreciativas y estereotipadas del concepto de inferioridad del hombre negro en la cultura popular de los Estados Unidos, y era un estereotipo en los shows de aquellos días.

El término se convirtió a finales del siglo XIX en sinónimo de un concepto perverso de segregación racial, dirigida específicamente a los afroamericanos. No está claro por qué se eligió este término. Sin embargo, lo que está claro es que hacia 1900, el término ya era identificado en general con las leyes y acciones racistas que privaban a los afroamericanos de sus derechos civiles, definiendo a los negros como inferiores a los blancos, y señalándolos como personas subordinadas.

Fue en ese momento, en el que ese concepto se incorporó al léxico de la intolerancia racial, tras la histórica decisión de la Corte Suprema de Estados Unidos, en el Caso Plessy vs. Ferguson en 1896, como resultado de una demanda presentada por el Consejo de Ciudadanía de Nueva Orleans. La idea era compartida por muchos de los Estados del Sur, tratando de frustrar todos los esfuerzos y logros conseguidos durante la época de la Reconstrucción, tras la Guerra Civil.

Así, los integrantes del Comité de Ciudadanos, arreglaron la detención de Homer Plessy a fin de desafiar las leyes de segregación de Luisiana. Su argumento fue el siguiente: «Nosotros, como hombres libres, seguimos creyendo que tenemos razón, y que nuestra causa es sagrada», refiriéndose a la Confederación del Sur. La Corte Suprema estuvo de acuerdo, y la política de segregación se convirtió en una ley de la tierra que perdura durante más de sesenta años, como consecuencia de esa decisión brutal.

Tras la reconstrucción, y como resultado de la misma, los afroamericanos fueron capaces de hacer grandes progresos creando sus propias instituciones, aprobando leyes de derechos civiles, y eligiendo funcionarios de cara a ocupar cargos públicos. En respuesta a estos logros, los blancos del sur lanzaron una feroz guerra ilegal contra los negros del Sur y sus aliados blancos. En la mayoría de los lugares, los blancos llevaron a cabo esta guerra bajo el manto de organizaciones secretas como el Ku Klux Klan. Miles de afroamericanos fueron asesinados y aterrorizados brutalmente durante esos sangrientos años. Se podría decir que cualquier lugar al sur de Canadá, era «El Sur», puesto que era la ley de la tierra.

El Gobierno federal trató de detener el derramamiento de sangre con el envío de tropas y numerosas investigaciones, pero sus esfuerzos eran demasiado limitados y, francamente, en el fondo no se pretendía resolver el problema. Así, la resistencia a la segregación racial se hacía muy difícil ya que el sistema de tenencia de la tierra, conocida como “aparcería”, dejó a la mayor parte de los negros económicamente dependientes del dueño de los propietarios de las plantaciones o de los proveedores comerciales. Además, el terror blanco a manos de las turbas de linchamiento amenazaba a todos los miembros de la familia negra, fueran adultos o niños por igual. Este hecho hizo que fuera casi imposible para los negros levantarse en contra de las leyes de Jim Crow, ya que tales acciones podrían atraer la ira de la turba blanca hacia sus propios padres, hermanos, cónyuges e hijos.

Pocas familias negras eran lo suficientemente pudientes económicamente como para romper la estructura del poder blanco local de los bancos, los comerciantes y los terratenientes. Para decirlo en pocas palabras: los negros del Sur, empobrecidos y a menudo analfabetos, estaban en una posición muy débil para enfrentarse a la cultura racista de Jim Crow. Para hacer cumplir el nuevo ordenamiento jurídico de la segregación, los blancos del Sur a menudo recurrieron incluso a actos más brutales que el terror de la turba, que incluían disturbios raciales y linchamientos rituales, y que se practicaban con regularidad para hacer cumplir la ley.

JimCrow_2.jpg Algunos historiadores vieron en esto una extrema brutalidad, muy cerca de la creencia casi epidémica de la supremacía blanca, rompiendo con la tendencia del laissez-faire del Sur y de un pasado paternalista. Otros ven en este «nuevo orden» una continuación aún más rígida del «culto a la raza blanca» en el Sur desde el fin de la Guerra Civil. Ambas perspectivas coinciden en que la década de 1890 marcó el comienzo de un Sur más formalmente racista y en el que los supremacistas blancos utilizaban la ley y el terror de la turba para definir la vida y la cultura popular de los afroamericanos como un pueblo inferior.

Quiero recordar aquí que las palabras tienen significado y poder. Al ser testigos de los acontecimientos actuales hoy en las sociedades de los estados de derechas del ala derecha, también llamados conservadores, se puede ver claramente la resurrección de Jim Crow través de su hijo James E. Crow, Esq. Habla de los llamados americanos reales y los que quieren recuperar su país. «La historia se conoce y se repite, y si no podemos recordar, reaparecerá». ¡Y este es el pensamiento que provoca perspectivas!

Thought Provoking Perspective

[Traducción, Yolanda Gonzalo Balmisa]

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