La guerra étnica en Tigray y el doble rasero internacional, por Lázaro Bustince

25/04/2022 | Bitácora africana

Un informe de Amnistía Internacional y Human Right’s Watch denuncia una operación sistemática y altamente organizada para vaciar una zona de ciudadanos tigriñas. Se calcula que unos dos millones de personas se han visto obligadas a salir de su tierra en esta región de Etiopía. La investigación se ha realizado con los testimonios, recogidos durante más de dos años, de cientos de refugiados que abandonaron su país.

En el oeste de la región, los primeros combates entre el Ejército etíope y el Frente de Liberación Popular de Tigray (TPLF) terminaron a las pocas semanas de que estallara la guerra, en noviembre de 2020. Las fuerzas federales se hicieron –a pesar de escaramuzas ocasionales desde entonces– con el control temporal de gran parte del territorio, y fue precisamente con la tensa calma cuando se activó la campaña masiva de expulsión de tigriñas.

tigray_etiopia_cc0-3.jpgVolvieron los enfrentamientos militares entre los dos bandos y el ejército de TPLF retomó grandes extensiones de Etiopía y se acercó peligrosamente en su ofensiva a la capital Addis Abeba. Con la presión de los gobiernos poderosos, sobre todo de Estados unidos (EE.UU.), se frenó la guerra abierta, pero continuó la misma política del gobierno federal para aislar y privar a la población de Tigray de toda ayuda humanitaria, provocando una gravísima crisis de supervivencia, casi ignorada por el mundo occidental.

Los representantes de Amnistía Internacional y de Derechos Humanos escucharon con frecuencia de los desplazados tigriñas en Sudán y en la región oeste del rio Tekeze la amenaza que les lanzaban las fuerzas especiales de Amhara y los milicianos FANO (milicia armada amhara): “Os borraremos de esta tierra de Tigray”.

La Unión Europea (UE) teme que el conflicto armado en Etiopía degenere en 2022 y provoque una catástrofe humana y una crisis migratoria de proporciones históricas. Fuentes comunitarias alertan del riesgo de que la guerra desestabilice todo el Cuerno de África, una zona donde viven más de 200 millones de personas y que ya soporta la tensión de gigantescos desplazamientos internos de población.

EE.UU., que apoya al gobierno federal etíope de Aby Ahmed, impone sanciones a empresas de Eritrea y Tigray. La UE no tiene una política unánime hacia este conflicto.

Resulta sorprendente, como el mundo occidental, sobre todo, se ha identificado y comprometido con la guerra y genocidio que Rusia ha provocado en Ucrania, lo cual es muy natural por la cercanía geográfica e intereses en este conflicto. Al mismo tiempo, la guerra y genocidio de Etiopía tiene lugar en un plano muy olvidado, pues su relevancia afecta particularmente a la región del Cuerno de África.

En este contexto, recuerdo el monumento dedicado en Washington, a resaltar la dignidad e igualdad de todas las vidas humanas: “Black Lives Matter Plaza”, como símbolo contra la violencia racista, que existe no solamente en un país o continente, sino que nos afecta en todos los pueblos del Planeta. Avanzamos o retrocedemos juntos.

Los genocidios son una tragedia de toda la Humanidad, tengan lugar en países de África o de Europa, porque somos y vivimos más interdependientes que antes, en este mundo globalizado, como nos lo ha recordado la experiencia de la pandemia o el compromiso unánime de 193 países, en 2015, sobre los Objetivos del Desarrollo Sostenible.

Lázaro Bustince Sola

[CIDAF-UCM]

Autor

  • Bustince Sola, Lázaro

    Nacido en Izco (Navarra), en 1942, estudió filosofía en Pamplona (1961-1964). Hizo el noviciado en Gap – Grenoble (1964-1965), con los Misioneros de África (Padres Blancos). Estudió Teología en el instituto M.I.L. de Londres, (1965-1969), siendo ordenado sacerdote en Logroño, en los Padres Blancos en 1969.

    Comenzó su actividad misionera en África en 1969, siendo enviado a la diócesis de Hoima en Uganda, donde estuvo trabajando en la educación, desarrollo y formación de líderes durante nueve años. Luego vivió un periodo de trece años en diversas ciudades europeas, trabajando en la educación y capacitación de los jóvenes (Barcelona 1979-1983)) , en Irlanda como responsable de la formación de los candidatos polacos (1983-1985), y en Polonia donde fue Rector del Primer Ciclo de Filosofía Polaco (1985-1991), y se doctoró en Teología espiritual en Lublin, donde fue nombrado profesor de la misma Universidad Católica de Lublin (KUL), de dicha ciudad, en 1991.

    Regresó a Uganda en 1992, y fue elegido Provincial de los padres Blancos de Uganda hasta 1999. Durante este periodo, fue también presidente de la Asociación de Religiosas-os en Uganda (ARU), y pionero en la construcción del Centro Nacional de Formación Continua (USFC). Además inició la Comisión de Justicia, Paz e Integridad de la Creación (JPIC) en 1994, trabajando en la formación de líderes en JPIC.

    En 2000 y 2004 cursó estudios sobre educación en Justicia, Paz, y Transformación de Conflictos, en Dublín. Desde su regreso a Uganda, fue pionero en la capacitación de agentes sociales en JPIC, y en el establecimiento del primer Consorcio de Educación Ética (JPIIJPC), lanzado por seis Congregaciones Misioneras, en 2006. Desde el inicio, y hasta junio 2011, ostentó el cargo de primer Director del Instituto. Al mismo tiempo fue profesor invitado de Ética en la Universidad de los Mártires de Uganda (UMU).

    En septiembre de 2011 fue nombrado director general de África Fundación Sur (AFS), organismo que dejó de existir en 2021. En la actualidad sigue trabajando por África al 100 % siendo, entre otras ocupaciones, editorialista en el CIDAF-UCM.

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