“La granja de animales” : Dictadores con piel de oveja

12/02/2014 | Opinión

Hace unos años, en tiempos de Amín Dada como presidente de Uganda (1972-1979), cuando vivía en Uganda, se publicó un libro muy interesante, titulado: “Animal Farm” o la Granja de Animales.

En las diferentes categorías de animales, representando claramente a las etnias más poderosas de Uganda, se podía ver los medios y trampas que utilizaban los diferentes grupos de animales para dominar al resto.

Esta semejanza de unas personas o etnias comportándose como: lobos, depredadores o aves rapaces, se puede aplicar perfectamente al comportamiento de ciertos dictadores actuales de África, Oriente Medio, y otras partes del mundo.

Algunos son expertos en manipular la opinión pública, negar atrocidades que todo el mundo conoce e incluso en presentarse como libertadores de su país, en foros internacionales.

El artículo de Opinión, publicado en “El País” (el 5.2.2014), sobre “El siglo de África” es un buen ejemplo de propaganda o declaración de buenas intenciones. Todos estamos de acuerdo con los buenos principios, expresados en el artículo.

La situación sobre el terreno y muchos hechos que han tenido y siguen teniendo lugar en Uganda, Ruanda, Burundi y la R.D. del Congo, contradicen en gran parte los buenos principios éticos de Derechos Humanos.

Lo ocurrido con el M23 muestra exactamente esa contradicción entre las buenas palabras y los hechos, y esto, no solamente en los países vecinos de la RD del Congo, sino en gran parte de los políticos y en todos los dictadores mundiales.

Es evidente que los inversores, políticos y dictadores intentan ocultar sus verdaderos planes de enriquecimiento, pero los hechos terminan por delatarlos ante el mundo.

Lo que sorprende es la poca vergüenza de gran parte de los políticos y de todos los dictadores, en atreverse a pronunciar discursos sobre Derechos Humanos y Buena Gobernanza públicamente, cuando sus manos manchadas los están delatando abiertamente.

La solicitud de investigación internacional sobre el asesinado del líder de la oposición ruandesa Patrick Karegeya en Johannessburgo, es una cuestión de justicia.

La impunidad de los que comenten graves injusticias, de cualquier tipo que sean, en la RD del Congo, Republica Centro-Africana, Ruanda, Uganda, España y en cualquier país del mundo, siempre conduce las sociedades a nuevos ciclos de violencia.

Fundación Sur

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