Grace Mugabe, esposa del presidente de Zimbabue, negó ayer jueves querer suceder a su esposo, asegurando, al contrario, que lucharía para apoyar la candidatura de su esposo, Robert Mugabe, de 91años, para las próximas elecciones presidenciales, aunque tenga que presentarse en «silla de ruedas».
«Me presento ante ustedes como la esposa del Presidente y como la persona que ha sido elegida como Presidenta de la Liga Femenina (del partido gobernante). Eso es todo», declaró Grace Mugabe ante más de 5.000 partidarios del partido ZANU-PF reunidos en Harare. «Yo no necesito otro papel», aseguró.
Grace Mugabe, de 50 años, dijo que quería concentrarse en sus deberes dentro de la influyente Liga de Mujeres de la ZANU-PF y apoyar a su marido para la elección presidencial de 2018.
«Algunos se ríen de mí, diciendo que la esposa de Mugabe debe estar loca. Yo les digo que vamos a poner a Mugabe en una silla de ruedas y vamos a ir a las elecciones».
Robert Mugabe, en el poder desde 1980, es el líder más antiguo del continente africano. Las especulaciones sobre su estado de salud y su capacidad para poder hacer campaña para su posible reelección, se han disparado
La prueba, según la oposición, de que no tiene capacidad mental para dirigir un país, se habría producido en septiembre, cuando ante el parlamento, habría repetido el mismo discurso que el mes anterior.
Grace Mugabe también pidió, en su intervención del jueves, el fin de las divisiones dentro del ZANU-PF. «Dejad las fracciones ya que las fracciones dividen el partido. Sólo se me puede hacer callar matándome. No estoy amordazada. No me dejaré intimidar».
Desde que fue nombrada como Presidenta de la Liga Femenina en 2014, la primera dama, conocida por su gusto excesivo por ir de compras, está desempeñando un papel político cada vez mayor. El año pasado, lideró una campaña para expulsar al ex vicepresidente del ZANU-PF, Joice Mujuru, considerado, durante un tiempo, como posible sucesor de Robert Mugabe.
Muchos observadores han visto en el reciente ascenso político de Grace Mugabe la voluntad de su marido de convertirla en su “delfín”. Ella también declaró, en un discurso, que bien podría aspirar a la presidencia.
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