Si bien es cierto que casi una cuarta parte de los parlamentarios marroquíes son mujeres, el formar parte del gobierno, regional o central, es una cosa de hombres. No obstante, ante las futuras elecciones legislativas en 2026, hay una nueva generación de mujeres que parecen determinadas a cambiar esta situación. Entre ellas, destacamos a Aicha Akalay, Asma Lamrabet, Nadia Bouaida, Ghizlane Mamouni y a Nadia Fettah Alaoui. Estas políticas están determinadas a entrar en los órganos de decisión y participar activamente en la gestión del poder y de los recursos nacionales.
No todas las marroquíes prominentes han querido alcanzar puestos de responsabilidad política, otras son ser expertas en diferentes campos y sectores y cuentan con un peso específico en los debates, incluidos aquellos que estarán en el centro de la campaña electoral.
Destacando entre las más conocidas, Aïcha Akalay es una famosa periodista, con interés y ambiciones en el espacio de lo público, que ha trabajado en el mundo empresarial. Ha acompañado a Chakib Benmoussa, político y diplomático de 67 años, desde la Comisión Especial del Nuevo Modelo de Desarrollo hasta el Ministerio de Educación.
Como nos lo enseña la historia, son las propias personas y mujeres tradicionalmente marginadas y oprimidas durante generaciones, las únicas pioneras y liberadoras de esta marginación patriarcal, en todas las dimensiones de la vida y gestión públicas de cada pueblo y sociedad.
En todas las instituciones, sean políticas, culturales, económicas y religiosas, la liberación auténtica de toda opresión patriarcal, solo se hará realidad cuando las propias mujeres, se unan, se levanten y trabajen juntas para regenerar una vida familiar, social, eclesial, económica y política, más justa, solidaria y humana, que haga posible un desarrollo sostenible, una real integración social y una convivencia respetuosa.
Lázaro Bustince
CIDAF-UCM

