Al menos treinta y dos personas han muerto a causa de un brote de fiebre del Valle del Rift (FVR), que ha atacado, desde finales de agosto, a la región de Tahoua en el oeste de Níger, según anunció el jueves el Ministerio de Nigeria de Sanidad. «La situación es la siguiente: 230 casos registrados con 32 muertes», dijo en un comunicado, leído en la radio estatal el Ministerio de Sanidad que informó de que esta epidemia continúa.
Desde la aparición de la enfermedad en Tassara y Tchin-Tabaraden, las autoridades han aumentado la vigilancia y puesto en marcha campañas de concienciación para evitar la propagación del virus. Se ha pedido a la gente, especialmente a los ganaderos, tuaregs y árabes, que eviten la manipulación de la carne de animales contaminados, que hiervan la leche antes de su consumo y que entierren cuidadosamente los cadáveres de los animales contaminados muertos.
Para contener la epidemia, la ONG Alima, financiada por la Unión Europea, también ha abierto un centro de tratamiento en las zonas afectadas.
De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS), la fiebre del valle del Rift es una enfermedad viral que afecta principalmente a los animales, pero también es posible que afecte a los humanos y puede causar una grave enfermedad e incluso la muerte. Las personas afectadas sufren fiebre, dolores de cabeza y de estómago, vómitos y hemorragias nasales. En los animales, los signos más comunes son fiebre, híper salivación o hemorragias.
Las autoridades de Níger no han facilitado cifras sobre el ganado diezmado por la epidemia.
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Fundación Sur