La economía ética no mata ni aplasta

5/05/2025 | Editorial, Opinión

Entre las últimas palabras del papa Francisco en Pascua 2025 escuchamos esta frase lapidaria y convicción profunda: “la economía de Dios (ética) no mata ni aplasta”.

En las encíclicas de Francisco encontramos su fe y compromiso, radicalmente evangélicos, y por tanto profundamente humanos, solidarios y ecológicos. Por esta razón encontró siempre el camino del diálogo con todas las personas de cualquier cultura, raza o religión.

En “Evangelii Gaudium” (La alegría del Evangelio) (n.257), Francisco escribió: «Los creyentes nos sentimos cerca también de quienes, no reconociéndose parte de alguna tradición religiosa, buscan sinceramente la verdad, la bondad y la belleza […]. Los percibimos como preciosos aliados en el empeño por la defensa de la dignidad humana, en la construcción de una convivencia pacífica entre los pueblos y en la custodia de lo creado».

Este es un aprendizaje mutuo entre culturas cristianas y culturas no religiosas, que es necesario para buscar alternativas relevantes al capitalismo. Las encíclicas de Francisco, así como los movimientos populares de África y del mundo, tienen una orientación claramente anticapitalista.

Las cuatro tareas principales de este diálogo intercultural son: dialogar, pensar una transición a otra economía más humana, trabajar juntos con construir alternativas concretas al capitalismo y difundir una cultura ética donde priman los últimos, el bien común sobre el bien privado y el cuidado de la casa común.

El término economía que mata (E.G. n. 53) sintetiza muy bien el rechazo cristiano al capitalismo y a la economía basada solamente en la propiedad privada, sin respetar la finalidad común de todos los bienes.

El poscapitalismo nos encamina a otro tipo de economía más humano, más ecologista y solidario: de producir, consumir y vivir bien, con menos.

La democracia política tiene que impulsar una democracia económica. Si las personas no experimentan el poder del pueblo, en la vida cotidiana y en las transformaciones de las condiciones materiales y culturales de la vida diaria, seguirá creciendo la injusticia, el desánimo y la pasividad social.

El capitalismo real es «una economía que mata» y destruye la naturaleza.  Se basa en la acumulación de bienes y lujos, y se guía por obtener un beneficio económico a toda costa, aun causando el empobrecimiento de gran parte de la humanidad, y la destrucción de la naturaleza.

El decrecimiento es una propuesta central para el cuidado de la casa común. Se debe producir menos y consumir menos para vivir bien con menos a escala planetaria. Para que sea factible, hay que impulsar políticas económicas y educativas que fomenten un cambio cultural y un desarrollo sostenible para ésta y futuras generaciones.

Necesitamos promover un compromiso ciudadano en movimientos ecológicos y la participación para desarrollar acciones políticas y económicas más humanas y solidarias.

Tenemos que responder a la gran cuestión de fondo: ¿qué humanidad necesitamos para nosotros y las generaciones futuras y cómo educarla? La propuesta de la “Fraternidad y Amistad social” de Francisco es una contribución muy relevante para el cambio cultural y para la conversión ecológica.

Frente a la lógica del crecimiento del beneficio económico para los capitalistas y el aumento del consumo de los ciudadanos creando más necesidades, debemos hacernos las siguientes preguntas ecológicas, con Rafael Díaz-Salazar, de la UCM: ¿qué es una buena vida?, ¿cuánto es suficiente, una vez satisfechas las necesidades básicas?

Vivir es más que trabajar y consumir.

CIDAF-UCM

Autor

  • Nacido en Izco (Navarra), en 1942, estudió filosofía en Pamplona (1961-1964). Hizo el noviciado en Gap – Grenoble (1964-1965), con los Misioneros de África (Padres Blancos). Estudió Teología en el instituto M.I.L. de Londres, (1965-1969), siendo ordenado sacerdote en Logroño, en los Padres Blancos en 1969.

    Comenzó su actividad misionera en África en 1969, siendo enviado a la diócesis de Hoima en Uganda, donde estuvo trabajando en la educación, desarrollo y formación de líderes durante nueve años. Luego vivió un periodo de trece años en diversas ciudades europeas, trabajando en la educación y capacitación de los jóvenes (Barcelona 1979-1983)) , en Irlanda como responsable de la formación de los candidatos polacos (1983-1985), y en Polonia donde fue Rector del Primer Ciclo de Filosofía Polaco (1985-1991), y se doctoró en Teología espiritual en Lublin, donde fue nombrado profesor de la misma Universidad Católica de Lublin (KUL), de dicha ciudad, en 1991.

    Regresó a Uganda en 1992, y fue elegido Provincial de los padres Blancos de Uganda hasta 1999. Durante este periodo, fue también presidente de la Asociación de Religiosas-os en Uganda (ARU), y pionero en la construcción del Centro Nacional de Formación Continua (USFC). Además inició la Comisión de Justicia, Paz e Integridad de la Creación (JPIC) en 1994, trabajando en la formación de líderes en JPIC.

    En 2000 y 2004 cursó estudios sobre educación en Justicia, Paz, y Transformación de Conflictos, en Dublín. Desde su regreso a Uganda, fue pionero en la capacitación de agentes sociales en JPIC, y en el establecimiento del primer Consorcio de Educación Ética (JPIIJPC), lanzado por seis Congregaciones Misioneras, en 2006. Desde el inicio, y hasta junio 2011, ostentó el cargo de primer Director del Instituto. Al mismo tiempo fue profesor invitado de Ética en la Universidad de los Mártires de Uganda (UMU).

    En septiembre de 2011 fue nombrado director general de África Fundación Sur (AFS), organismo que dejó de existir en 2021. En la actualidad sigue trabajando por África al 100 % siendo, entre otras ocupaciones, editorialista en el CIDAF-UCM.

    ¡Visita su sitio web personal!

Más artículos de Bustince Sola, Lázaro
Africanía (radio-podcast), 19-05-25

Africanía (radio-podcast), 19-05-25

Africanía (radio-podcast), 19-05-25.- Hablamos sobre la colonialidad del español como lengua de poder en Guinea Ecuatorial con Susana Castillo,...