Mozambique se enfrenta a una crisis de seguridad bastante problemática después de que los ex rebeldes de la RENAMO han denunciado los acuerdos de Roma del 1992 y han retomado las armas. Aunque hasta ahora las acciones militares permanecen limitadas en la provincia central de Sofala, el regreso de la RENAMO a la toma de armas ha despertado la preocupación de los Estados vecinos, en particular de Zimbabue, que depende para su comercio marítimo del puerto mozambiqueño de Beira.
Zimbabue ha amenazado con enviar tropas para apoyar al ejército regular de Maputo, afirmando que su seguridad nacional está en peligro por la rebelión de la RENAMO. Sin embargo, la intervención militar unilateral de Harare en Mozambique, es vista con escepticismo por los comentaristas locales, tanto por las poco sobresalientes condiciones de las fuerzas armadas de Zimbabue, como por las dificultades políticas. Al igual que Mozambique, Zimbabue forma parte de la SADC (Comunidad de Desarrollo del África Austral). En 2003, los Estados que se adhirieron a la Comunidad firmaron un pacto de defensa mutua que prevé la intervención de una fuerza conjunta en caso de que uno de los países miembros se enfrente a una amenaza para su estabilidad política y democrática.
Una intervención unilateral extranjera de Zimbabue, al margen de la SADC, sería visto como un serio precedente de injerencia en los asuntos políticos de otro Estado miembro. La situación se agrava aún más por las condiciones de seguridad en el país a dos semanas de las elecciones del 20 de noviembre, además de por la ola de secuestros para pedir rescates que en los últimos tiempos también ha visto implicados a algunos extranjeros.
Agencia Fides
