¡Si la COP21 se hubiese celebrado en Kudugu!
Sé que Kudugu no es capaz de organizar la COP21, pero también sé que el lugar en el que se reúnen los principales responsables del cambio climático no es indiferente a las conclusiones de dichos encuentros. La opinión de los más pobres se oye difícilmente. Hace ya 50 años que llegué al Alto Volta; muy a menudo he compartido la vida de los campesinos en pueblos donde no había escuela ni dispensario ni teléfono (solo cuando llegué a Kudugu en 1997 pude, por primera vez, utilizar con regularidad el teléfono). Es solo con el fin de compartir mi experiencia, confrontándola con el cambio climático, que comienzo una (primera) serie de 21 cartas (un guiño a la COP21) en la que se abordarán temas relacionados con el cambio climático.
He llamado esta serie «Todo está unido» como otro guiño, pero esta vez a la carta «Laudato si » del Papa Francisco, sobre la conservación de la casa común.
Esa carta no se dirige solo a los cristianos, aunque contenga capítulos enteros para ellos. Todos los que se interesen por el futuro de nuestro planeta (el papa Francisco habla de » la casa común») encontrarán allí ideas útiles y pertinentes. Entre ellas, he escogido la de «Todo está unido», presente en todo el documento (en particular en el número 137).
“Dado que todo está íntimamente unido, y que los problemas actuales requieren una mirada
que tenga en cuenta todos los aspectos de la crisis mundial, propongo que nos paremos a pensar en los diversos componentes de una ecología integral de claras dimensiones humanas y sociales”. («Laudato si» nº 137)
No olvidemos que cuando escribo esta carta, nos encontramos al tercer día de un corte de agua. ¡Sin comentarios!. Les dejo que piensen en su relación con el cambio climático.
Personalmente yo no sufro demasiado por esa falta de agua, pues hemos construido un «mini depósito» en previsión de los cortes de suministro, demasiado frecuentes. Además, acogemos a las vecinas que vienen a abastecerse junto a nosotros. Aunque si el corte continúa, nuestra reserva pronto se agotará.
Pero la ciudad sufre cruelmente de reserva de agua. Creo que la ONEA de Kuduou debería considerar la construcción de, al menos, un depósito de agua por sector, es decir 10 depósitos con bomba solar. Por abuso de lenguaje, se llama comúnmente «bomba solar», una simple bomba eléctrica alimentada por electricidad proveniente de paneles solares. Es una de las mejores inversiones «solares», pues es más barato almacenar agua (incluso a 10 m de altura), que almacenar energía eléctrica en una batería que, por lo general, se haga lo que se haga, su tiempo de vida no es superior a 3 años.
Quería hablarles de mi experiencia de» vida con la energía solar «, pero este corte de agua, que dura, me ha orientado hacia otra pista. Termino, pues, brevemente con un ejemplo, al parecer sin importancia. En 1990 o 1991, trabajaba yo con un ordenador que podía alimentar directamente a 12 voltios. Tenía un pequeño panel solar y una batería de coche (más barato que la batería del portátil que tengo ahora) y conectaba mi ordenador directamente a la batería, así como un pequeño escáner de mano.
Hace cierto tiempo, en un pueblo, equipé también a un amigo campesino con un ordenador portátil. Tuve que comprar no sólo un panel solar y una batería, sino también un convertidor para transformar la energía de la batería en corriente alterna y conectar «la alimentación del ordenador» al convertidor y transformar la corriente alterna en continua, apta para el ordenador (19 voltios, creo).
Quise añadir también una impresora, pero las impresoras «de inyección de tinta” no están adaptadas a nuestra larga estación seca. Pensé entonces en una pequeña impresora láser (su precio es ahora aceptable) con un consumo de 300 w. Yo tenía un convertidor de «600 w.». No conseguí, pues, imprimir ni la primera página. Hice numerosas pruebas con otras impresoras de «300 w.»; todas infructuosas.
Era “olvidar” el pico de consumo (nunca indicado por el fabricante) durante el precalentamiento (encendido) o para obtener la primera página. Este último puede bajar a 6 segundos. Y no hay impresora láser en el mercado con un tiempo aproximado a un minuto, y, por consiguiente, con un pico de consumo que no exceda los 400 w.
Todo esto para decir lo difícil que es, y a menudo imposible, encontrar productos de «alta tecnología» adecuados para nuestro país. Es una invitación a todos los interesados en el futuro del planeta a preguntarse: ¿qué hacer para que nuestros países puedan encontrar en el mercado productos realmente adaptados a nuestro clima y a nuestro medio ambiente (incluido el económico).
Un último punto, deseo equipar el SEDELAN de una o dos (para empezar) bicicletas eléctricas. Tengo la intención de importarlas desde China, que tiene mucha experiencia en la materia. Pero, ¿qué material elegir? Agradecería a los que tienen experiencia en este sentido que nos contacten. Esas bicicletas las recargaremos con paneles solares. Habría que encargar al mismo tiempo una batería de repuesto, para no inmovilizar las bicicletas durante mucho tiempo.
Nuestro próximo número será ¡el número 500! Marcará el aniversario (a más o menos 3 meses) de mi llegada en el Alto Volta / Burkina Faso, en 1965. ¡Hace ya 50 años!
Entre tanto, os invito a visitar
[Con la colaboración y traducción de Gontxalo Bonilla]
(Fundación Sur)