
La población africana alcanzará los 2.500 millones de habitantes para 2050.
La desigualdad también aumenta de forma alarmante y escandalosa.
Las cuatro personas más ricas de África poseen casi 4 billones de dólares en riqueza, más riqueza que la mitad del continente, según Oxfam.
Al mismo tiempo aumenta también la deuda externa y por tanto aumenta el pago de intereses de esa deuda externa, limitando así la inversión en sectores esenciales como la educación y la sanidad.
Cuarenta y ocho países del mundo destinan más recursos al pago de intereses de su deuda externa que a sectores esenciales como la educación o la sanidad. Así lo revela el informe “Un mundo endeudado 2025” (A World of Debt 2025) publicado por la Agencia de las Naciones Unidas para el Desarrollo (UNCTAD).
Las protestas que se registraron en 2024 en Nigeria y Kenia, lideradas en su mayoría por jóvenes, están estrechamente vinculadas a este mecanismo de colonización económica. Para hacer frente al pago de intereses y reducir el endeudamiento total, los gobiernos de Nigeria y Kenia promovieron reformas fiscales que incluían aumentos impositivos y la reducción de subsidios.
Durante la audiencia general del 5 de junio de 2024, el papa Francisco se dirigió a los participantes en el seminario “Afrontar la crisis de la deuda en el Sur del mundo”, organizado por la Pontificia Academia de las Ciencias. En aquella ocasión, el Pontífice señaló: «Tras una globalización mal gestionada, la pandemia y las guerras, nos enfrentamos a una crisis de la deuda que afecta sobre todo a los países del Sur del mundo, generando miseria y angustia, y privando a millones de personas de la posibilidad de un futuro digno».
Francisco expresó su esperanza de que “el Jubileo de 2025 abra el camino hacia «una nueva arquitectura financiera internacional audaz y creativa». Una urgencia respaldada por los datos del informe de la UNCTAD, que concluye: «La arquitectura financiera mundial ya no es capaz de satisfacer las necesidades del mundo en el siglo XXI. Esto supone un desafío sustancial para el desarrollo sostenible».
En el mundo en desarrollo, donde viven 3.400 millones de personas, uno de cada tres países destina más recursos al servicio de la deuda que a los sectores fundamentales para una vida humana digna, con salud y educación.
El sorprendente silencio y falta de compromiso conjunto sobre este grave reto de la deuda externa en la reciente cumbre mundial de Sevilla delata una seria falta de responsabilidad y ética profesional en los 195 gobernantes del mundo.
CIDAF-UCM


