La cesación de la condición de refugiado ruandés: Dos años después. (Parte III. Final)

16/10/2015 | Opinión

Hasta la fecha, 733 de los 4.000 refugiados ruandeses antiguos tienen diferentes permisos de inmigración. El retraso en la entrega de documentos legales para la integración local, que en 2014 se esperaba que concluyera en el plazo de tres años, significa que las restricciones en la libertad de movimiento y el empleo siguen coartando severamente las posibilidades de los refugiados ruandeses antiguos, la mayoría de los cuales son agricultores de subsistencia, restringidos al asentamiento rural de Refugiados en Meheba en la Provincia Occidental del Norte. Ellos eran 2.194 en diciembre de 2013. Necesitan ‘pases’ para salir, por lo general limitados a un mes. Más de novecientos se autogestionan. Los ancianos, enfermos y discapacitados físicos que no pueden trabajar reciben el equivalente de 10 dólares US al mes, insuficiente para cubrir las necesidades de subsistencia básica. Algunos refugiados antiguos siguen aún heridos por los traumas que soportaron por violencia en Ruanda o en el viaje a Zambia y necesitan atención psicológica.

Aquellos que desean mejorar su situación mediante pequeñas empresas en la ciudad de Soles o en Lusaka, (un total de 818 en diciembre de 2013,) necesitan un permiso como inversores que requiere un capital de 25.000 dólares americanos. Las tarjetas de refugiados una vez caducadas no están siendo renovadas, y esto puede tener un impacto muy negativo sobre los refugiados, especialmente en las zonas urbanas, donde las clínicas y las escuelas pueden no recibir pacientes o estudiantes sin documentos de identidad válidos, o permitir las tarifas preferenciales para refugiados, e insistir en la tarifa más alta establecida para ciudadanos extranjeros. No se dan certificados de nacimiento, que certifican la condición de refugiado. Funcionarios de inmigración corruptos aceptan sobornos para no arrestar a los de las zonas urbanas que no cuentan con los documentos legales requeridos. Si son arrestados se les penaliza con una multa de 170 dólares, y encarcelamiento en superpobladas cárceles en espera de ser reenviados al campamento de Meheba.

Rwandans-in-Zambia.jpgLas dificultades en la zona rural remota de refugiados y la inseguridad debida a los inasequibles requisitos de inmigración en las zonas urbanas tienen un efecto perjudicial en el bienestar psicológico de los refugiados y en la vida familiar.

A los refugiados ruandeses antiguos les resulta difícil pagar las cuotas escolares, especialmente para la educación secundaria y estudiantes de talento tienen que dejar los estudios y terminan siendo pequeños agricultores de subsistencia en Meheba, o desempleados en Lusaka. Un revés importante ha sido la reducción del apoyo a la educación terciaria por el Gobierno alemán bajo DAFI que ha causado un gran retroceso. La mayor parte de los muchos profesionales de entre los refugiados ruandeses antiguos en Zambia lograron sus calificaciones a través del apoyo de DAFI. Nuevos alumnos de refugiados ruandeses antiguos dejaron de ser patrocinados por DAFI cuando perdieron su condición de refugiados en 2013. Actualmente 45 estudiantes refugiados de diversas nacionalidades son patrocinados por DAFI, pero para el año académico 2015 sólo cinco nuevos estudiantes refugiados han sido seleccionados entre 32 solicitantes debido de la escasez de fondos. Esto tiene un efecto negativo en la moral de los refugiados jóvenes con talento, ya que muy pocos encuentran los recursos para pagar el alto costo para obtener diplomas o grados, especialmente en los campos de la medicina y la enseñanza, que garanticen empleo.

Los antiguos refugiados ruandeses han iniciado en los dos últimos años el programa » corta un árbol, planta dos’. Más de 4000 árboles se han plantado en la zona del líder local Nkomesha Mukamambo II, en Chongwe, que es un firme defensor de los refugiados, y se ha construido una casa modelo de dos dormitorios con paredes y techo de tejas hechas de materiales locales. También ha sido iniciado un programa de plantación de arroz y de soja en el área del líder local Mumena, del pueblo Kaonde, en Solwezi.

El exministro del Interior, el honorable Edgar Lungu, diputado parlamentario, que había prometido la integración local a refugiados ruandeses y angoleños en abril de 2013, es ahora el Presidente de Zambia. Él dijo a una gran a una gran multitud de antiguos refugiados ruandeses reunidos en la Catedral de la Santa Cruz, en Lusaka, en el día de cesación de 2013, «Lo más importante es que no vamos a forzar la repatriación. Eso debe quedar muy, muy claro”. ‘Estos refugiados ruandeses que se sienten frustrados por el retraso en su integración local le agradecen que los escuche. Ellos mantienen la esperanza de que con el apoyo del Gobierno van a seguir haciendo de Zambia su hogar.

John Osmers

* Rvdmo. John Osmers es Asistente obispo anglicano de Lusaka, Zambia. Email: john.osmers2000@gmail.com

Pambazuka

[Traducción, Jesús Esteibarlanda]

[Fundación Sur]

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