África puede ser un líder mundial en la transformación del sistema alimentario que también alivie la pobreza y proteja el medio ambiente, pero requerirá un trabajo colaborativo y coordinado. Esta es la opinión de Angela Churie Kallhauge, vicepresidenta ejecutiva del Fondo de Defensa Ambiental, y de Ismael Sunga, director ejecutivo de Southern Confederación Africana de Sindicatos Agrícolas.
Cuando un continente con el 65 % de la tierra cultivable del mundo, lucha por alimentar a sus 1.400 millones de habitantes, sabemos que algo anda mal y que es necesario repensar la gestión y los sistemas alimentarios africanos y mundiales.
La apremiante necesidad de crear un sistema alimentario más productivo, transparente y equitativo y reducir la pobreza y los efectos de largo alcance del cambio climático requiere que forjemos urgentemente cooperativas y alianzas entre diversos actores y sectores de la agroindustria africana.
En este caso, nuestros esfuerzos colectivos, que abarcan la agricultura, el alivio de la pobreza y el medio ambiente, forman una fuerza poderosa para impulsar un cambio duradero y apoyar a comunidades que prosperan, en el marco de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS).
Esta cooperación debe incluir a los representantes de cada gobierno, pues es la primera responsabilidad de los gobernantes apoyar a los agricultores locales y sus productos, antes que a los importados de fuera. Esto solo lo pueden conseguir los propios agricultores de cada región y país, bien organizados en cooperativas. Lo estamos viendo cada día en nuestros países de la UE.
África puede liderar un movimiento global hacia la transformación del sistema alimentario, pero desafíos como los impactos climáticos extremos, el acceso limitado a los recursos nacionales y los abusos de poder frustran su esfuerzo.
El papel de la agricultura en el alivio de la pobreza es indiscutible: afecta al empleo, al PIB, a la seguridad alimentaria y a innumerables medios de vida. Para aprovechar este potencial, necesitamos un enfoque holístico de sistemas alimentarios que transforme la calidad de vida y al mismo tiempo enfrente la crisis climática. Con apoyo local y global, África puede construir un sistema alimentario que mejore la seguridad alimentaria, la prosperidad y el equilibrio ecológico.
Un activo importante en este viaje es la juventud africana, que representa más del 60 % de la población del continente. Al empoderar a los jóvenes agricultores a través de la capacitación, el emprendimiento y la tecnología, África puede aprovechar su potencial para una agricultura innovadora y ecológica.
Estos jóvenes líderes ya están logrando avances en la agricultura sostenible, pero necesitan apoyo para prosperar. Con derechos seguros sobre la tierra, respaldo financiero y capacitación adecuada, África puede liberar todo el potencial de sus agroempresarios, asegurando un futuro agrícola sostenible.
Combinar el conocimiento y la experiencia indígena con tecnologías modernas puede optimizar la productividad y al mismo tiempo reducir la huella ambiental.
El camino de África hacia el liderazgo agrícola requiere el apoyo del gobierno regional y de la comunidad global. Las organizaciones internacionales pueden proporcionar financiación, experiencia e intercambio de conocimientos para promover la agricultura sostenible y la resiliencia climática.
La colaboración, interna y externa, es la piedra angular del éxito. A través de la acción colectiva, África puede aprovechar su unidad y juventud para abordar cuestiones complejas de manera más eficaz.
Las reformas políticas son imperativas para crear un entorno propicio para el desarrollo agrícola. Los gobiernos deben incentivar las prácticas climáticamente inteligentes, apoyar la adición de valor y promover inversiones locales sostenibles. El Programa Integral para el Desarrollo de la Agricultura en África (CAADP), por ejemplo, ofrece una hoja de ruta para reformas de políticas, coordinación y asignación transparente de recursos. Los proyectos existen, como los ODS y el CAADP, ahora necesitamos la voluntad y compromiso necesarios de líderes auténticos y de sociedades solidarias.
A pesar de los desafíos, el potencial agrícola de África es ilimitado. Para superar los obstáculos debemos atraer financiación, aprovechar el espíritu innovador de los jóvenes, promover prácticas resistentes al clima, invertir en investigación y tecnología y colaborar entre los diversos actores y sectores de la base social.
Lázaro Bustince
Fuente: New African
[CIDAF-UCM]