La agroindustria africana podría ser líder mundial, por Lázaro Bustince

13/06/2024 | Bitácora africana, Crónicas y reportajes

África puede ser un líder mundial en la transformación del sistema alimentario que también alivie la pobreza y proteja el medio ambiente, pero requerirá un trabajo colaborativo y coordinado. Esta es la opinión de Angela Churie Kallhauge, vicepresidenta ejecutiva del Fondo de Defensa Ambiental, y de Ismael Sunga, director ejecutivo de Southern Confederación Africana de Sindicatos Agrícolas.

Cuando un continente con el 65 % de la tierra cultivable del mundo, lucha por alimentar a sus 1.400 millones de habitantes, sabemos que algo anda mal y que es necesario repensar la gestión y los sistemas alimentarios africanos y mundiales.

La apremiante necesidad de crear un sistema alimentario más productivo, transparente y equitativo y reducir la pobreza y los efectos de largo alcance del cambio climático requiere que forjemos urgentemente cooperativas y alianzas entre diversos actores y sectores de la agroindustria africana.

En este caso, nuestros esfuerzos colectivos, que abarcan la agricultura, el alivio de la pobreza y el medio ambiente, forman una fuerza poderosa para impulsar un cambio duradero y apoyar a comunidades que prosperan, en el marco de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS).

Esta cooperación debe incluir a los representantes de cada gobierno, pues es la primera responsabilidad de los gobernantes apoyar a los agricultores locales y sus productos, antes que a los importados de fuera. Esto solo lo pueden conseguir los propios agricultores de cada región y país, bien organizados en cooperativas. Lo estamos viendo cada día en nuestros países de la UE.

África puede liderar un movimiento global hacia la transformación del sistema alimentario, pero desafíos como los impactos climáticos extremos, el acceso limitado a los recursos nacionales y los abusos de poder frustran su esfuerzo.

El papel de la agricultura en el alivio de la pobreza es indiscutible: afecta al empleo, al PIB, a la seguridad alimentaria y a innumerables medios de vida. Para aprovechar este potencial, necesitamos un enfoque holístico de sistemas alimentarios que transforme la calidad de vida y al mismo tiempo enfrente la crisis climática. Con apoyo local y global, África puede construir un sistema alimentario que mejore la seguridad alimentaria, la prosperidad y el equilibrio ecológico.

Un activo importante en este viaje es la juventud africana, que representa más del 60 % de la población del continente. Al empoderar a los jóvenes agricultores a través de la capacitación, el emprendimiento y la tecnología, África puede aprovechar su potencial para una agricultura innovadora y ecológica.

Estos jóvenes líderes ya están logrando avances en la agricultura sostenible, pero necesitan apoyo para prosperar. Con derechos seguros sobre la tierra, respaldo financiero y capacitación adecuada, África puede liberar todo el potencial de sus agroempresarios, asegurando un futuro agrícola sostenible.

Combinar el conocimiento y la experiencia indígena con tecnologías modernas puede optimizar la productividad y al mismo tiempo reducir la huella ambiental.

El camino de África hacia el liderazgo agrícola requiere el apoyo del gobierno regional y de la comunidad global. Las organizaciones internacionales pueden proporcionar financiación, experiencia e intercambio de conocimientos para promover la agricultura sostenible y la resiliencia climática.

La colaboración, interna y externa, es la piedra angular del éxito. A través de la acción colectiva, África puede aprovechar su unidad y juventud para abordar cuestiones complejas de manera más eficaz.

Las reformas políticas son imperativas para crear un entorno propicio para el desarrollo agrícola. Los gobiernos deben incentivar las prácticas climáticamente inteligentes, apoyar la adición de valor y promover inversiones locales sostenibles. El Programa Integral para el Desarrollo de la Agricultura en África (CAADP), por ejemplo, ofrece una hoja de ruta para reformas de políticas, coordinación y asignación transparente de recursos. Los proyectos existen, como los ODS y el CAADP, ahora necesitamos la voluntad y compromiso necesarios de líderes auténticos y de sociedades solidarias.

A pesar de los desafíos, el potencial agrícola de África es ilimitado. Para superar los obstáculos debemos atraer financiación, aprovechar el espíritu innovador de los jóvenes, promover prácticas resistentes al clima, invertir en investigación y tecnología y colaborar entre los diversos actores y sectores de la base social.

Lázaro Bustince

Fuente: New African

[CIDAF-UCM]

Autor

  • Bustince Sola, Lázaro

    Nacido en Izco (Navarra), en 1942, estudió filosofía en Pamplona (1961-1964). Hizo el noviciado en Gap – Grenoble (1964-1965), con los Misioneros de África (Padres Blancos). Estudió Teología en el instituto M.I.L. de Londres, (1965-1969), siendo ordenado sacerdote en Logroño, en los Padres Blancos en 1969.

    Comenzó su actividad misionera en África en 1969, siendo enviado a la diócesis de Hoima en Uganda, donde estuvo trabajando en la educación, desarrollo y formación de líderes durante nueve años. Luego vivió un periodo de trece años en diversas ciudades europeas, trabajando en la educación y capacitación de los jóvenes (Barcelona 1979-1983)) , en Irlanda como responsable de la formación de los candidatos polacos (1983-1985), y en Polonia donde fue Rector del Primer Ciclo de Filosofía Polaco (1985-1991), y se doctoró en Teología espiritual en Lublin, donde fue nombrado profesor de la misma Universidad Católica de Lublin (KUL), de dicha ciudad, en 1991.

    Regresó a Uganda en 1992, y fue elegido Provincial de los padres Blancos de Uganda hasta 1999. Durante este periodo, fue también presidente de la Asociación de Religiosas-os en Uganda (ARU), y pionero en la construcción del Centro Nacional de Formación Continua (USFC). Además inició la Comisión de Justicia, Paz e Integridad de la Creación (JPIC) en 1994, trabajando en la formación de líderes en JPIC.

    En 2000 y 2004 cursó estudios sobre educación en Justicia, Paz, y Transformación de Conflictos, en Dublín. Desde su regreso a Uganda, fue pionero en la capacitación de agentes sociales en JPIC, y en el establecimiento del primer Consorcio de Educación Ética (JPIIJPC), lanzado por seis Congregaciones Misioneras, en 2006. Desde el inicio, y hasta junio 2011, ostentó el cargo de primer Director del Instituto. Al mismo tiempo fue profesor invitado de Ética en la Universidad de los Mártires de Uganda (UMU).

    En septiembre de 2011 fue nombrado director general de África Fundación Sur (AFS), organismo que dejó de existir en 2021. En la actualidad sigue trabajando por África al 100 % siendo, entre otras ocupaciones, editorialista en el CIDAF-UCM.

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