Por segunda vez, Kenia ha pedido a los donantes internacionales que respalden los esfuerzos para combatir la sequía y la escasez de alimentos.
Un grupo especial de trabajo, creado por la oficina de primer ministro Raila Odinga, ha presentado un panorama pesimista, afirmando que más de 10 millones de keniatas están pasando hambre.
Raila hizo un llamamiento desesperado a la comunidad internacional, bajo la coordinación del grupo codirigido por el Banco Mundial, definiendo la situación como “extremadamente grave”.
“Valoremos la seriedad de la crisis y apoyemos allá donde podamos”, dijo Raila a los oficiales de los gobiernos extranjeros en un hotel de Nairobi, el día 15 de septiembre.
La reunión fue concertada por Kenia para exponer su caso a los donantes y debatir sobre de qué manera se puede llegar a abordar mejor la sequía y los posibles efectos de las lluvias de El Niño.
Mientras muchos continúan sufriendo los resultados de la sequía, el precio del maíz se ha disparado un 150 % en los últimos 6 meses, según el equipo especial de trabajo.
Crisis de agua
Kenia ha perdido también más de 200.000 cabezas de ganado en un periodo similar mientras que el 70 % de las reservas de agua del país se están secando.
Como resultado, los hogares de Kenia dependen ahora de menos de 5 litros de agua al día.
El gobierno sólo ha movilizado 21.200 millones de chelines, [casi 200 millones de euros] revisando las prioridades de sus planes y posponiendo proyectos como la electrificación rural y recortando el presupuesto de los ministerios en 5.400 millones [casi 50 millones de euros].
Además, la financiación que se esperaba de los donantes, para cubrir los vacíos de los déficits, ha sido mucho menos de los que esperaba el gobierno.
El gobierno requiere 40.000 millones de chelines, para el presupuesto de emergencia de sequía, y ahora necesita 25.000 millones más para contrarrestar la sequía.
Esta última petición a los donantes internacionales se ha producido después de la advertencia efectuada por el Programa Mundial de Alimentos, WFP, que muchos keniatas siguen siendo vulnerables al hambre, y a la malnutrición de los niños.
Según la agencia, algunos keniatas han sido empujados a situaciones extremas y luchan por sobrevivir. Cita los altos precios de la comida, los conflictos, las enfermedades del ganado y el bajo poder adquisitivo como algunos de los factores que han empeorado la situación.
El WFP asegura que no se espera que la situación mejore hasta febrero del año que viene, y ha pedido al menos 17.000 millones de chelines, para alimentar las bocas hambrientas [155 millones de euros]
(The Standard, Kenia, 16-09-09)
