Justicia y Transparencia

7/04/2008 | Editorial

En un estado de derecho, la justicia se identifica con transparencia. Así, todos los procesos secretos, tanto en el procedimiento como en el contenido, suelen ser considerados “turbios” y los grupos afectados no tardan en denunciarlos como injustos. Si bien algunos contenidos pueden ser considerados confidenciales y secretos por razones de seguridad del Estado, como es el caso de procedimientos judiciales especialmente importantes, el proceso en sí, en todos los casos sin excepción, debe ser transparente.
La justicia en un Estado de derecho se basa en el seguimiento a rajatabla de las leyes que la gobiernan. Esto se traduce en que es el proceso, más que el resultado, lo que garantiza la ejecución de la justicia. Por eso, las sentencias, que han sido fruto de un procedimiento legal y transparente, suelen ser consideradas como justas, aunque no guste a los grupos implicados. La transparencia en el proceso posibilita una reclamación ante instancias superiores en caso de que haya habido alguna infracción.
La transparencia se convierte así en uno de los pilares del Estado de derecho. Cuánto más importante es en los procedimientos que fundan ese estado de derecho: las elecciones. Es preocupante ver como en Zimbabue el recuento de votos se hace en secreto, donde el procedimiento no está claro, y más preocupante todavía, cuando los resultados no se hacen públicos en el tiempo más corto posible, sin razones que lo justifiquen. La falta de transparencia en este caso da pie a que los ciudadanos piensen con razón que hay “gato encerrado”.

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