El presidente de Nigeria ha declarado que considerará negociar con la secta musulmana radical, que ha estado llevando a cabo asesinatos en la zona norte del país.
El presidente Jonathan Goodluck hizo estas declaraciones un día después de que al menos 10 personas murieran en varias explosiones y ataques atribuidos a Boko Haram, que quiere imponer la ley de la Sharía, y ha matado ya a policías, soldados, políticos y clérigos en el norte de Nigeria, durante el último año. Las autoridades aseguran que los ataques de este grupo se han intensificado después de la elección de Jonathan como presidente, el pasado mes de abril.
“Ningún gobierno quiere matar a los ciudadanos de su país. Tanto si llevan armas contra el estado o no, son ciudadanos”, dijo Jonathan en respuesta a una pregunta durante una rueda de prensa en la ONU, “la mejor opción es negociar para garantizar que no lo haces”.
Jonathan destacó la región del Delta del Níger, rica en petróleo, donde la violencia ha descendido de algún modo después del programa de amnistía, patrocinado por el gobierno, para los militantes, el año pasado.
El presidente también dijo que la violencia en el país productor de petróleo no tiene nada que ver con su reciente elección y con el hecho de que él sea un cristiano. “No tiene nada que ver con cristianos y musulmanes”, aseguró.
Explicó que la secta Boko Haram, es una secta islámica que atacará a cualquier grupo, pero especialmente a otros musulmanes que parezca que han adoptado un modo de vida occidental.
(IOL, 09-06-11)