El gobierno israelí aprobó el día 11 de diciembre por unanimidad lanzar un programa de 160 millones de dólares para combatir la capacidad de los migrantes africanos de entrar en el país desde la península de Sinaí de Egipto. El programa mejorará la capacidad del país para construir un gran muro en la frontera y también ampliará un centro de detención con capacidad para la llegada de miles de nuevos ilegales.
La decisión llega después de que mucha gente en Israel ha expresado enfado por el gran número de africanos, principalmente de Sudán, Eritrea y Etiopía, que entran en el país desde la península de Sinaí de Egipto. Desde 2006, el gobierno israelí calcula que aproximadamente 50.000 africanos han entrado en el sur de Israel.
Los que se oponen a las peticiones de asilo de los migrantes argumentan que no son judíos y que dejan una carga económica y social en Israel.
Sin embargo, otros creen que el gobierno se está decantando hacia una política estilo nazi, que rechazan a personas que se enfrentan a persecución y genocidio, pero esta comunidad sigue siendo una minoría en Israel.
Hablando ante la cámara de diputados, el primer ministro Benjamin Netanyahu, dijo que el creciente número de migrantes es “una plaga nacional”. Netanyahu, al igual que otros funcionarios del gobierno, dice que la gran mayoría de los infiltrados no son refugiados escapando de la persecución, sino “que han venido a Israel en busca de mejores oportunidades económicas”.
“Si no tomamos medidas para detener este flujo ilegal, simplemente seremos inundados”, declaró. Además el primer ministro dijo que intentaría repatriar a parte de estos migrantes económicos durante sus visitas a África este próximo año.
Este programa también llega en respuesta a los que los israelíes consideran una deficiente seguridad fronteriza por parte de la policía egipcia, que a menudo resulta en el asesinato por disparos de los migrantes africanos. A principios de diciembre, un africano murió por disparos de la policía egipcia y otros dos resultaron heridos, cuando intentaban entrar en Israel.
Muchos emigrantes africanos intentan cruzar a Israel cada año, a través de la península egipcia de Sinaí, buscando una vida mejor.
La seguridad de la frontera egipcia ha sido repetidamente criticada por su estrategia de “dispara primero y luego pregunta”, en su trato con los migrantes que intentan cruzar al estado judío, ya que a menudo no dan una advertencia verbal antes de disparar a los africanos.
Los africanos en Egipto se quejan de las malas condiciones de vida y los malos tratos a manos de este país de acogida. Muchos ven en Israel la siguiente mejor solución a sus problemas y están dispuestos a arriesgar sus vidas por alcanzar el estado judío, según declaran los refugiados en Egipto.
Ali, un refugiado somalí en El Cairo, declaró a Bikya Marsr, que vivir en Egipto es “una de las peores experiencias de mi vida” y apunta al racismo y la falta de oportunidades como las principales causas de las duras condiciones de vida.
Ali fue víctima de la dura mano de la policía en Egipto cuando hace unos años él y dos compañeros de habitación fueron detenidos en relación con el asesinato de un anciano en su edificio. Según Ali, los dos hombres somalíes y una mujer fueron detenidos durante nueve meses sin cargos y fueron “torturados regularmente”, añade que la vida es dura.
“Conozco mucha gente que prefiere arriesgar su vida y ser asesinado en la frontera que seguir por aquí, en El Cairo, y enfrentarse a todos estos problemas por nuestro estatus. Ni siquiera podemos trabajar”, lamenta.
Docenas de africanos han sido asesinados por disparos de la policía egipcia en los últimos años, mientras que los refugiados y migrantes siguen quejándose de los malos tratos y duras condiciones de vida en Egipto.
Joseph Mayton
(Bikya Mars, Egipto, 12-12-11)
Traducido por Rosa Moro.