Invertir hoy en educación para construir la paz y la prosperidad de mañana en África, por Lázaro Bustince

9/07/2024 | Bitácora africana, Opinión

La educación es uno de los motores más poderosos para construir un futuro marcado por la paz y la prosperidad. Lamentablemente, los niños que más necesitan una buena educación suelen ser los más vulnerables a sufrir su privación, ya sea por conflictos, crisis climáticas, pandemias u otras crisis.

En África occidental y central las escuelas suelen ser objetivo de grupos armados, particularmente en la cuenca del lago Chad y el Sahel. En toda la región del Sahel, 28 millones de niños –o uno de cada tres– no están escolarizados, lo que alimenta aún más las frustraciones de los jóvenes y aumenta los riesgos de inestabilidad política en la región. Han pasado diez años desde el trágico secuestro de las niñas de Chibok en Nigeria en 2014 y muchas siguen en cautiverio. Los ataques a las escuelas han seguido aumentando.

Se trata de una región donde siete de cada diez personas viven en entornos frágiles y donde alrededor de 8 de cada 10 niños no pueden leer ni comprender un texto sencillo a los 10 años. En promedio, sólo el 59 % de las niñas están matriculadas en primaria y secundaria.

Mientras celebramos el Día Internacional de la Educación bajo el lema “Aprender para una paz duradera” y celebramos el año de la educación de la Unión Africana, la urgencia de invertir hoy en el aprendizaje para un futuro mejor y más pacífico para nuestros niños nunca ha sido más evidente. Si bien en toda la región del África Subsahariana la matrícula en la escuela primaria es casi universal, se necesitan más esfuerzos para alcanzar el objetivo de desarrollo sostenible 4 proporcionando educación equitativa de alta calidad y oportunidades de aprendizaje permanente para todos.

El número de niñas y jóvenes en la escuela secundaria también está aumentando en algunos países, como: Benín, Nigeria, Ghana y en casi todos los países de África Subsahariana.

La educación técnica y la formación profesional se valora como un potente motor para transformar la economía y habilitar el ecosistema empresarial ofreciendo programas de formación postsecundaria.

Sin embargo, el notable aumento en la cantidad de niños y jóvenes que siguen los programas de educación primaria y secundaria no significa una mejora en la calidad de dicha educación académica. En algunos países, tales como Uganda, RDC, Tanzania, etc., el aumento en la cantidad de jóvenes escolarizados ha significado una fuerte pérdida de calidad en la educación ofrecida, debido, ante todo, al gran número de alumnos por clase, a la escasez de materiales y de recursos, como la electricidad, así como al bajo salario de los educadores, que necesitan nueva motivación.

De hecho, en la mayoría de los países de África Subsahariana los presupuestos de educación y de salud son muy bajos en relación con los gastos en defensa y de los gastos ministeriales del gobierno. En Uganda y en otros países de la región, el presupuesto de las residencias presidenciales es muy superior al presupuesto nacional anual de educación.

Mientras la sociedad lo permita, los abusos de poder y de recursos, a costa de la calidad en la educación y en la salud, continuarán, no solamente en África, sino en todo el planeta.

Lázaro Bustince

CIDAF-UCM

Autor

  • Nacido en Izco (Navarra), en 1942, estudió filosofía en Pamplona (1961-1964). Hizo el noviciado en Gap – Grenoble (1964-1965), con los Misioneros de África (Padres Blancos). Estudió Teología en el instituto M.I.L. de Londres, (1965-1969), siendo ordenado sacerdote en Logroño, en los Padres Blancos en 1969.

    Comenzó su actividad misionera en África en 1969, siendo enviado a la diócesis de Hoima en Uganda, donde estuvo trabajando en la educación, desarrollo y formación de líderes durante nueve años. Luego vivió un periodo de trece años en diversas ciudades europeas, trabajando en la educación y capacitación de los jóvenes (Barcelona 1979-1983)) , en Irlanda como responsable de la formación de los candidatos polacos (1983-1985), y en Polonia donde fue Rector del Primer Ciclo de Filosofía Polaco (1985-1991), y se doctoró en Teología espiritual en Lublin, donde fue nombrado profesor de la misma Universidad Católica de Lublin (KUL), de dicha ciudad, en 1991.

    Regresó a Uganda en 1992, y fue elegido Provincial de los padres Blancos de Uganda hasta 1999. Durante este periodo, fue también presidente de la Asociación de Religiosas-os en Uganda (ARU), y pionero en la construcción del Centro Nacional de Formación Continua (USFC). Además inició la Comisión de Justicia, Paz e Integridad de la Creación (JPIC) en 1994, trabajando en la formación de líderes en JPIC.

    En 2000 y 2004 cursó estudios sobre educación en Justicia, Paz, y Transformación de Conflictos, en Dublín. Desde su regreso a Uganda, fue pionero en la capacitación de agentes sociales en JPIC, y en el establecimiento del primer Consorcio de Educación Ética (JPIIJPC), lanzado por seis Congregaciones Misioneras, en 2006. Desde el inicio, y hasta junio 2011, ostentó el cargo de primer Director del Instituto. Al mismo tiempo fue profesor invitado de Ética en la Universidad de los Mártires de Uganda (UMU).

    En septiembre de 2011 fue nombrado director general de África Fundación Sur (AFS), organismo que dejó de existir en 2021. En la actualidad sigue trabajando por África al 100 % siendo, entre otras ocupaciones, editorialista en el CIDAF-UCM.

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